Midlake regresan con fuerza: ¿el folk tejano tiene todavía futuro?

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Midlake regresan con fuerza: ¿el folk tejano tiene todavía futuro? A Bridge To Far, el disco que promete desbordar la esperanza perdida

Estamos en el otoño de 2025, en Texas, donde los cielos parecen expandirse como si fueran un escenario natural para la música de Midlake. La palabra clave resuena: Midlake no es solo una banda, es una brújula emocional que vuelve a señalar el norte con un álbum titulado A Bridge To Far. Y sí, la intriga está servida: ¿cómo una formación nacida en la tranquila Denton logra transformar cada regreso en un acontecimiento casi mítico? 🌌

La primera pista que dejan sobre la mesa se llama The Ghouls. Una canción que no llega como un fantasma del pasado, sino como un recordatorio de lo que significa enfrentarse a las propias sombras para encontrar luz. Eric Pulido, voz y alma de la banda, lo cuenta con un tono de confesión íntima: lo escribió después de hablar con sus compañeros sobre los objetivos personales, sobre la tentación de demonizar las dificultades. “La esperanza es una necesidad”, repite Pulido como quien lanza un dardo directo a la conciencia.

midlake 2025

Origen: Midlake anuncian nuevo disco, ‘A Bridge To Far’, y comparten ‘The Ghouls’ como primer adelanto

El eco de Denton que no muere

Midlake se han ganado un lugar especial en la historia reciente del folk-rock tejano. Podrían haber sido una banda más que salió de Texas con guitarras acústicas y melancolía a cuestas, pero no. En lugar de eso, con discos como The Trials of Van Occupanther se convirtieron en un culto silencioso, de esos que se recomiendan como un secreto entre amigos de confianza. En aquel periodo, lo suyo sonaba a viento del desierto, a viajes por carreteras infinitas, a tardes de café frío en bares donde alguien siempre pregunta: “¿Quién demonios está sonando en ese vinilo?”.

Ahora, en pleno presente histórico, regresan con A Bridge To Far y un aura casi ceremonial. El álbum, producido en The Echo Lab bajo la batuta de Sam Evian, se grabó de forma instintiva, sin tantas vueltas ni artificios. Esa naturalidad se siente como un alivio: cuando todo en la industria suena a perfección manufacturada, ellos apuestan por lo que nace sin esfuerzo.

Entre ghouls y guardianes

El adelanto, The Ghouls, abre un portal a esa tensión entre el miedo y la creación. ¿No es irónico que las mejores canciones nazcan precisamente del roce con lo que más tememos? El título parece sugerir criaturas oscuras, pero lo que aparece detrás de las guitarras y los coros no es terror, sino una vibración de esperanza pura.

Y lo que viene en la lista de canciones promete seguir la misma línea: Days Gone By, Guardians con la colaboración de Madison Cunningham, Lion’s Den, o ese título poético y casi bíblico, The Valley of Roseless Thorns. Nombres que suenan a mapas emocionales más que a simples tracks de un disco.

“La esperanza es una necesidad” —así, con la contundencia de un proverbio— se convierte en el lema de esta nueva etapa.

La alquimia del folk tejano

Escuchar a Midlake es entrar en un territorio donde lo retro y lo moderno se abrazan sin pedir permiso. No hay nostalgia impostada ni futurismo vacío: lo suyo es un equilibrio extraño, como si la tradición campestre se fundiera con un eco urbano de voces etéreas. En vivo, esa alquimia se convierte en una especie de ritual colectivo. He visto gente cerrar los ojos, mover los labios como si recitaran un salmo, y hasta algún incrédulo levantarse de la silla al darse cuenta de que el folk puede ser tan poderoso como un trueno eléctrico.

Pulido insiste en que este disco no habla de esperanza en abstracto, sino como necesidad vital. Y aquí está la clave: cuando la rutina te encierra, cuando las obligaciones ahogan, siempre queda esa grieta por donde se cuela la música. “Todo se sintió sin esfuerzo y auténtico”, dice sobre la grabación, y de algún modo esa frase podría servir para describir toda la carrera de Midlake.

Los fantasmas de Bethel Woods

El precedente inmediato, For the Sake of Bethel Woods, ya había mostrado a la banda jugando con la memoria y los fantasmas de un pasado glorioso. Era un disco que funcionaba como espejo y como herida, lleno de homenajes y de duelos internos. Ahora, con A Bridge To Far, parece que dan un paso más: no se trata solo de mirar atrás, sino de atravesar el puente hacia lo desconocido.

La metáfora es clara: un puente demasiado lejos, demasiado largo, demasiado arriesgado… ¿o demasiado necesario? ¿Qué ocurre cuando lo cruzas? ¿Encuentras un valle de espinas o un campo abierto donde la música vuelve a florecer?

Ecos literarios y proverbios

Uno recuerda inevitablemente la célebre frase de Nietzsche: “Quien tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo”. Midlake, con su discurso de la esperanza como necesidad, parecen tomar ese mismo camino. Y también resuena el eco de un refrán antiguo: “No hay noche tan larga que no encuentre su amanecer”.

“Midlake no busca sonar modernos, buscan sonar eternos.”

En esa búsqueda de eternidad está la esencia del disco. Porque, más allá del folk, lo que proponen es una manera de habitar el tiempo: aceptar la fragilidad, mirar de frente a los fantasmas y, aun así, cantar.

¿El futuro del folk tejano?

La pregunta inevitable es si queda espacio en el futuro para un grupo como Midlake. En un mundo dominado por la inmediatez y la música de usar y tirar, ¿qué valor puede tener un álbum tejido con paciencia, con un aire casi artesanal? Quizá ahí está el encanto: en no competir con las tendencias, sino en ofrecer un refugio.

Si algo demuestra este regreso es que el folk tejano, lejos de ser una reliquia, todavía late con fuerza. No necesita disfrazarse de modernidad para seguir siendo vigente. Solo necesita una banda que se atreva a tocarlo con honestidad.


“Un puente demasiado lejos puede ser, en realidad, el camino más cercano.”


Me queda una duda, que quizá solo se resuelva el 7 de noviembre, cuando A Bridge To Far vea la luz en su totalidad. ¿Será este disco un nuevo capítulo de culto que susurramos en cafés y bares, como hace años ocurrió con Van Occupanther? ¿O será el puente definitivo hacia un reconocimiento más amplio, sin perder su misterio?

Lo cierto es que Midlake vuelven. Y lo hacen con la certeza de que, mientras haya esperanza, siempre habrá canciones.

JOHNNY ZURI

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