NEW ADDICTION: rock industrial con alma gótica y furia futurista

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¿Estás listo para tu propia NEW ADDICTION?NEW ADDICTION redefine el rock industrial con alma gótica y furia futurista

Estamos en 2025, cruzando autopistas virtuales donde los riffs suenan como engranajes chirriando en medio de neones rotos. NEW ADDICTION no es solo un álbum, es un virus emocional que se propaga a través de beats metálicos, voces heridas y una estética sacada del rincón más oscuro de una película cyberpunk. Desde que escucho a THE HAUNT, no he vuelto a dormir tranquilo. Ni quiero.

TheHaunt

Origen: ROCK DUO THE HAUNT UNLEASH THEIR EXPLOSIVE NEW ALBUM ‘NEW ADDICTION’ – R o c k ‘N’ L o a d

La primera vez que puse «Teeth», sentí que algo se despegaba dentro de mí. No fue solo la distorsión densa, ni la producción quirúrgica de sintetizadores. Fue esa voz, la de Anastasia Grace Haunt, que parecía venir desde un sótano emocional donde los secretos no se susurran: se gritan. Al lado, su hermano Maxamillion Haunt maneja las guitarras y los sintetizadores como si estuviera ensamblando un Frankenstein sonoro. Lo que hacen juntos es mucho más que música: es una adicción nueva que nadie te receta, pero todos terminamos tomando.


Una estética que sangra belleza distópica

«El futuro no es limpio ni brillante. Es hermoso en su suciedad». Eso parece decir cada videoclip de THE HAUNT. En “Masochistic Lovers”, donde colabora Craig Mabbitt (Escape The Fate), la pantalla se llena de luces frías, túneles herrumbrosos y miradas que no perdonan. Es un erotismo industrial, sucio, vulnerable, con cuero desgastado y labios partidos. Algo que remite tanto a Blade Runner como a los aftershows de Neotropolis, donde el retro punk y la estética gótica se funden en una fiesta de metal, látex y luces LED.

La estética no es adorno: es parte de la narrativa. Y en el mundo de THE HAUNT, el escenario es un refugio de cuerpos en crisis, de identidades rotas que bailan con orgullo. No es difícil verlos como hijos bastardos del rivethead de los 90, con pinceladas glam y cyber. Hay algo profundamente teatral en su presencia, pero también algo profundamente auténtico.

“Parecen salidos de un videojuego post-apocalíptico, pero lloran como poetas del siglo XIX.”


Rock industrial en su versión más emocional

No hay metal moderno sin memoria, y ellos lo saben. La sangre que corre por los cables de NEW ADDICTION viene de lejos: Throbbing Gristle, Ministry, Nine Inch Nails… la trinidad de acero oxidado. Pero lo que THE HAUNT hace es otra cosa. Tomar esa energía agresiva y oscura y convertirla en un lenguaje emocional, íntimo, pop sin perder su filo. Las guitarras truenan, sí, pero hay coros que podrías cantar bajo la lluvia con lágrimas falsas y rímel corrido.

No hay nada artificial en su sonido futurista. Y eso es lo que fascina: es música industrial para corazones humanos. No hay máquina que haya aprendido todavía a sonar como Anastasia rompiéndose en medio de un estribillo.


“La vulnerabilidad es el nuevo grito de guerra”

Hay algo en esta generación de músicos que no teme mostrarse roto. Pero THE HAUNT no lo hace desde la queja, sino desde la fuerza. Sus letras están llenas de ansiedad, autodestrucción, dependencia emocional… pero lo dicen con una furia que parece una defensa a ultranza de la libertad personal. Y ahí entra el alma riot grrrl, ese espíritu de los noventa que regresa con cuchillas escondidas entre las uñas.

Lambrini Girls, Dream Wife, Amyl and the Sniffers… todas esas bandas están creando una nueva ola de furia femenina que no busca sermonear: busca gritarte al oído hasta que te despiertes. Anastasia, como frontwoman, no pide permiso ni perdón. Es una especie de médium entre el dolor y el ritmo. Un canal de electricidad emocional.


La química de sangre: ¿por qué suena tan bien un dueto de hermanos?

No es casual que tantas bandas inolvidables estén formadas por hermanos: The Kinks, Heart, AC/DC, Oasis (cuando no se peleaban a muerte). Hay una conexión difícil de imitar: es sangre, es historia, es pelea en la cena de Navidad y colaboración artística en la madrugada. En el caso de THE HAUNT, esa tensión se convierte en equilibrio: Max construye, Anastasia destruye. Max sostiene, ella se lanza al vacío.

Según estudios sobre la percepción de autenticidad musical, esa “interacción íntima real” entre miembros de una banda se traduce en confianza por parte del público. Y eso se nota. Cuando suben al escenario, no interpretan canciones: te invitan a su catarsis privada.


“La adicción más peligrosa no siempre lleva aguja”

El título del disco —NEW ADDICTION— no es metáfora barata. Es una declaración de intenciones. Es una droga conceptual que habla de cómo nos volvemos adictos a emociones, a pantallas, a relaciones que nos destruyen. Y también a ritmos, a imágenes, a sonidos que nos hacen sentir vivos cuando todo lo demás parece plástico y predecible.

Su propuesta se alinea con una cultura digital futurista en la que el exceso es la norma. Todo es demasiado rápido, demasiado perfecto, demasiado artificial. THE HAUNT ofrece otra cosa: dolor imperfecto, sudor real, estética de glitch emocional. Lo suyo no es una droga recreativa. Es una droga que duele bien.


Festivales donde el caos es belleza

Hay lugares en el mundo donde este tipo de propuesta no solo encaja, sino que enciende hogueras. Neotropolis (California) es uno de ellos: un festival cyberpunk total, donde el maquillaje industrial se mezcla con trajes de neón y techno noir. Allí, THE HAUNT no sería raros: serían profetas. Lo mismo en el Festival Catharsis de México, con su mezcla de punk, doom y ruido digital.

¿Más? La Cyberpunk Neon Party de Valencia es el after ideal para un concierto suyo. Y si quieres ver su potencial en su punto máximo, los clásicos como Download o Louder Than Life ya les han abierto los brazos. No es casualidad. Hay algo en ellos que conecta con una necesidad cultural más profunda: la de sentir cosas reales en un mundo cada vez más postizo.


“Si los robots lloran, que sea al ritmo de The Haunt”


El futuro no es una utopía, es un escenario en ruinas lleno de riffs

Y ahí están ellos. Preparando nuevas colaboraciones con artistas de synthwave como Waveshaper. Explorando la posibilidad de conciertos con trajes sensorizados que disparen samples según sus movimientos. Sí, suena a ciencia ficción, pero también lo parecía el metal industrial en los 80, y mira dónde estamos ahora.

Su gira norteamericana de 2025 ya tiene fechas agotadas. No porque sean un producto de marketing: porque han conseguido algo raro. Han capturado esa mezcla perfecta de dolor, placer y ruido que nos hace volver a ellos una y otra vez. Como quien se rasca una herida que no ha terminado de cerrar. Como quien necesita una nueva adicción para sobrevivir a tanto algoritmo.


“No te recuperas de New Addiction. Te haces uno con ella.”


¿Y tú? ¿Ya encontraste tu new addiction o sigues buscando algo que te queme de verdad?

THE HAUNT no es solo una banda. Es un portal. Te atraviesa, te sacude, te deja con más preguntas que respuestas. Pero sobre todo, te recuerda que hay belleza en la oscuridad, y verdad en el ruido.

¿Estás listo para entrar?


La nostalgia futurista nunca sonó tan feroz

El dolor eléctrico de New Addiction es imposible de ignorar

Como se explica en esta entrevista, y en este perfil profundo, lo que hace THE HAUNT con este disco es crear una nueva religión sonora. Una donde los creyentes llevan eyeliner, los altares son sintetizadores, y la fe se mide en decibelios.


“La verdad espera. Solo la mentira tiene prisa.” (Proverbio tradicional)

“Si no puedes bailar con tus demonios, cámbiales el ritmo.” (Aforismo punk no atribuido)

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JOHNNY ZURI

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