Parece escrita a propósito para retratar los días sin hervir, de soledad, estruendos blancos y temor compartido. Es “Living in a ghost town”, la nueva canción con la que nos han sorprendido los Rolling Stones esta semana.
abril 2020
Hay ciertos rituales que no pueden faltar. Uno que faltaba desde hace demasiado era el del nuevo disco de los Rolling Stones. Ni tan siquiera precisábamos que fuesen trabajos estelares. Sobraba con saber que proseguían en el tajo.
Si bien hace unos siglos que el fuego arde a medias, que las ideas semejan bloqueadas, que falta lozanía, intensidad, potencia, con cada nuevo disco los Stones marcaron distancias con las giras de otras reinonas, menos prestas a trabajar en el estudio para justificar la enésima y mastodóntica Gira.
Aun en unos setlists mayoritariamente construidos en torno a los tradicionales había siempre y en todo momento lugar para colar composiciones nuevas. En dos mil dieciséis sacaron Blues & lonesome. Un trallazo.
Fue fruto del mejor sonido y la mejor producción en décadas… y el mejor repertorio, claro, puesto que versionan tradicionales indestructibles del blues, incluyendo la portentosa recreación de Little Walter.
Cuentan que “Living in a ghost town” fue grabada hace un año, que ha sido rematada ahora y formará parte del primer disco con canciones originales desde el sólido, por instantes soberbio A bigger bang, de dos mil cinco. Toca reconocer que sostienen aceitada la capacidad de ser los más veloces del circo.
Lo propio va más de tomarle el pulso al encierro. Con sus paseos imaginarios por la urbe vacía y sus reflexiones y quejas a cargo del confinamiento semeja escrita a propósito para retratar los días sin hervir, de soledad y temor compartido.
Suena bien, suena pegajosa y bluesy. Nada del otro jueves, bien, mas tampoco una birria.
Ciertos críticos escriben que no se han roto el cráneo con la letra. Hay quien disiente. Entre otras muchas cosas las buenas letras y las mejores armonías no son necesariamente hijas del esmero. En ocasiones sí, mas el planeta es injusto.
Conmueven versos como el: «Once this place was humming/ and the air was full of drumming/ the sound of cymbals crashing/ glasses were all smashing/ trumpets were all screaming/ saxophones were blaring/ nobody was caring if it’s day or night/ i’m a ghost/ living in a ghost town/ i’m going nowhere/ shut up all alone…».
El encierro en compañía de los Stones es un poco más lumínico. ¡Aym esos días felices, con unos locales donde podías reunirte con amigos, tomar y percibir música. Cuando las empresas aseguradoras que cubren los tours mastodónticos aún no forzaban a firmar cláusulas…
