La historia secreta de La Argenta Típica
El tango argentino conquista Madrid con fuerza orquestal
Estamos en octubre de 2025 en Madrid, ciudad que últimamente parece respirar tango en cada esquina, como si las calles de Lavapiés y Malasaña se hubieran mudado a Buenos Aires por unas noches. El Café Berlín prepara su escenario para recibir a La Argenta Típica, la orquesta de tango argentino dirigida por Fernando Herrera, que este jueves 2 de octubre presenta su primer álbum. Y lo curioso es que no hablamos de una orquesta cualquiera: hablamos de una de las formaciones más grandes y contundentes que existen en Europa.
Lo primero que me llama la atención es la rareza deliciosa de su alineación. Dos contrabajos que marcan el pulso como un corazón de hierro, tres bandoneones que se cruzan y se retuercen como serpientes, dos violines y una viola que pintan la melancolía en el aire, un piano que manda con autoridad y la voz profunda de Jimena González, cantante y actriz que parece más bien narrar una tragedia que cantar una letra. Todo dirigido con arreglos propios por Herrera, que no se conforma con copiar fórmulas antiguas: su propuesta es bailable, moderna, pero fiel a la tradición porteña. Y esa mezcla resulta dinamita pura.

Por qué el tango europeo suena diferente
De Buenos Aires a Madrid con banda de diez
Hace tiempo, cuando Fernando Herrera despertó con una idea que parecía salida de un delirio rockero, la historia de La Argenta Típica comenzó a escribirse. “Una banda con dos bajos suena mejor”, decía Pappo’s Blues. Y Herrera pensó: “¿Por qué no dos contrabajos en una orquesta de tango?”. Esa chispa bastó para prender fuego. Después vinieron los tres bandoneones, los dos violines, la viola, el piano y la voz. Una especie de manifiesto sonoro que quería gritar que el tango no es museo, que puede ser músculo, fiesta, sudor.
El 5 de junio de 2024, la criatura vio la luz por primera vez en el Café Berlín, en una noche que pareció un puente aéreo entre Retiro y Lavapiés. Y desde entonces, no han parado: conciertos continuos, ensayos que se vuelven encuentros entre amigos, un aniversario celebrado con un disco que ahora se presenta en sociedad.
“Con esta formación, vamos a hacer bailar hasta a los muertos”, asegura Herrera. Y no es solo una bravata: escucharlos en vivo es sentir cómo el suelo tiembla, cómo cada compás arrastra hacia un abrazo de milonga aunque uno nunca haya pisado una pista de tango.
Lo que un disco de tango revela de su tiempo
Entre milongas, valses y la memoria de Buenos Aires
El primer álbum de La Argenta Típica no es un simple recopilatorio de clásicos. Es un mapa sonoro donde se cruzan tangos, valses y milongas, con arreglos que se sienten familiares pero imprevisibles. Se puede escuchar en todas las plataformas digitales, lo cual tiene su gracia: aquel género que nació en los arrabales porteños, en patios de tierra y prostíbulos con guitarras desafinadas, hoy se distribuye globalmente con un clic en Spotify. El contraste es brutal, pero también inevitable.
La orquesta ha querido mantener esa tensión entre tradición y modernidad. No se trata de tocar como lo hacía Troilo o D’Arienzo, sino de recoger esa herencia y darle un cuerpo que resuene hoy en Madrid, Berlín o París. Por eso este disco no es un ejercicio de arqueología, sino un testimonio vivo de que el tango sigue siendo, como decía Discépolo, “un pensamiento triste que se baila”, aunque aquí la tristeza suene más bien como una fuerza arrolladora.
“El tango es como el vino: si es bueno, mejora con los años”
Cuando el tango se convierte en proyecto de vida
La Argenta Típica como apuesta de Fernando Herrera
Para Herrera, esta orquesta no es un capricho ni una aventura pasajera. Es, como él mismo admite, el proyecto más importante de su carrera. Lo construyó con colegas que son también amigos, con quienes comparte no solo escenario, sino la fe casi religiosa en que el tango sigue teniendo mucho que decir.
Hay algo en su relato que me recuerda a esos sueños que nacen medio en broma, medio en serio, y acaban volviéndose una obsesión. Un día imaginó un tango con dos contrabajos, y hoy dirige una de las orquestas más grandes de Europa. Así de simple y así de improbable.
“Nuestro deseo es que la orquesta no solo se instale en Madrid, sino también que cobre vuelo por el mundo”, explica. Y es fácil imaginarlo: una banda así no cabe en un solo escenario ni en un solo país.
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El Café Berlín como templo del tango madrileño
Un escenario cargado de historia para un estreno único
El lugar elegido para presentar el álbum no podía ser otro: el Café Berlín. Ese espacio que ha visto pasar desde jazzistas consagrados hasta noches de flamenco que acaban en amanecer. Ahí debutaron, ahí regresan, como si el círculo se cerrara para abrirse de nuevo.
En un tiempo en que los algoritmos parecen decidir qué escuchamos, hay algo casi romántico en volver al Berlín, en plantarse allí un jueves por la noche y escuchar cómo diez músicos desafían al silencio. Porque el tango, al final, no se vive en los auriculares del metro, sino en el choque de cuerpos y miradas en un salón que huele a madera y a vino tinto.
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Contra el cliché del tango muerto
Una música que sigue bailando entre vivos y fantasmas
Muchos creen que el tango es cosa de abuelos, un género que vive encerrado en vinilos polvorientos y películas en blanco y negro. La Argenta Típica demuestra lo contrario: que el tango es actual, que puede sonar tan fuerte como un concierto de rock y tan íntimo como una serenata.
Hay algo hipnótico en esa idea de hacer bailar hasta a los muertos. Porque sí, el tango habla de ausencias, de despedidas, de amores que se van. Pero también habla de la fuerza de estar vivo, de moverse con otros, de dejarse arrastrar por un compás que no perdona.
“Lo bueno del tango es que nunca te deja igual. O te atrapa para siempre o lo rechazas en seco. Pero indiferente, jamás”
Y ahora la pregunta queda flotando: ¿hasta dónde llegará esta orquesta nacida de un capricho y convertida en realidad? ¿Se quedará en Madrid como un secreto exquisito, o conquistará escenarios de medio mundo como sueñan sus músicos? Lo cierto es que La Argenta Típica ya está escribiendo su historia. Y, por lo que se escucha, lo hace con un sonido capaz de levantar muertos y hacer bailar a cualquiera que se cruce en su camino.
