These Wicked Rivers: el alma del rock vuelve a rugir en 2025
Una odisea de guitarras, fe y fans con alma de familia
Estamos en noviembre de 2025, y These Wicked Rivers —esa banda de Derby que se ha ganado el respeto de la escena británica a base de honestidad, riffs y espíritu humano— acaban de arrancar su “Rock ’N’ Roll Odyssey Tour”. Lo hacen con un nuevo disco a punto de nacer, después del éxito inesperado (aunque merecido) de Force Of Nature. Su sonido sigue bebiendo del río del rock sureño, pero con una pureza y calidez que solo puede venir de músicos que viven lo que tocan.
«No necesitamos humo ni espejos, solo una buena canción y un público que sienta lo mismo», dice John Hartwell, vocalista y alma de la banda.
Origen: These Wicked Rivers On The Rock ‘N’ Roll Odyssey Tour And New Album
Una banda que suena a madera, cuero y lámparas de salón
Su lema —“Paz, amor y pantallas de lámpara”— no es una broma interna. Es literalmente su escenografía. Estos tipos tocan rodeados de sofás viejos, alfombras, lámparas de tul y ese aire de casa de abuela que te abraza antes del primer acorde.
Cuando los vi por primera vez en el Festival Maid Of Stone, en Kent, entendí lo que querían decir con “familia”. Había lluvia, barro, y sin embargo, la gente bailaba bajo los paraguas con una sonrisa cómplice. John lo recordaba así:
«Nos habían contratado otras veces, pero no se daba. Y cuando por fin tocamos allí, fue como cerrar un ciclo. Había llovido toda la mañana, y justo antes de salir, paró. Fue mágico.»
Y lo fue. These Wicked Rivers no tocan rock para demostrar técnica, sino para recordarte por qué te enamoraste de la música.
Entre los dioses del rock y los charcos del Steelhouse
Arran Day, guitarrista y alma inquieta del grupo, tiene esa energía de quien no teme embarrarse por un buen solo. En el Steelhouse Festival, según cuenta entre risas, su técnico de guitarra tuvo que suplicarle que no se lanzara del escenario.
«La pista estaba mojada, pero da igual. A veces tienes que confiar en los dioses del rock ’n’ roll», bromea.
El resultado: Arran saltó dos veces. En una de ellas llevaba una guitarra de doble mástil. Nadie salió herido, aunque el público casi muere de entusiasmo.
Esa entrega es parte del encanto de These Wicked Rivers. Son un grupo que se lo cree, que toca como si cada nota fuera la última. Y lo hacen con una naturalidad que los diferencia de los clones de rock de festival.
En el estudio, entre guitarras gemelas y canciones que respiran
Tras su paso por los grandes festivales del verano —Maid Of Stone, Steelhouse y NWOCR LiveFest—, el grupo se encerró en octubre en el estudio para dar forma a su nuevo disco.
Rich Wilson, teclista y una especie de filósofo del grupo, lo explica así:
«Probamos las canciones en directo antes de grabarlas. El público te dice la verdad con el cuerpo, no con las palabras. Algunas canciones cambiaron mucho solo por esa energía compartida.»
Es el método más honesto posible: no grabar pensando en el mercado, sino en cómo vibra la canción frente a 500 almas empapadas en cerveza.
Así se fragua su nuevo sonido
El disco, que verá la luz a comienzos de 2026, promete ser una evolución natural. John Hartwell ha compuesto piezas más introspectivas, con ese toque Allman Brothers de armonías dobles y raíces sureñas, pero con producción británica, compacta y envolvente.
«He estado escuchando mucho country últimamente,» confiesa John. «Y, sin querer, se coló en el ADN de las canciones.»
Arran complementa: «Hemos jugado con armonías de guitarra a dos voces, más claras y melódicas. Hay más aire hippie de los 60, pero sigue siendo Rivers: directo, sincero y un poco peligroso.»
Los fans, el sexto miembro de la banda
There’s something profundamente humano en la relación entre These Wicked Rivers y su público. No son seguidores, son cómplices. Durante la gira, se han ido formando “familias” en distintas ciudades: West Midlands, el norte, el sur… Cada concierto parece un reencuentro más que un show.
«Siempre pienso en cuando tocábamos en casa,» recuerda Arran. «Venía gente de otros lugares porque querían sentir esa energía de familia. Y eso, para nosotros, vale más que cualquier número en una lista.»
Una anécdota lo resume todo: en un concierto, una pareja mayor se colocó en primera fila. Ella bailaba sin parar; él se tapaba los oídos todo el rato.
«Eso era amor puro,» ríe Arran. «No creo que no le gustara. Solo había demasiado volumen para su edad.»
Y sí, probablemente lo fue.
“Don’t Pray For Me”: el cierre que nunca cambia
Hay tradiciones que no se tocan. En su caso, “Don’t Pray For Me” es el cierre sagrado. Ningún bis, ningún truco. Terminan con ese tema desde el primer día, y así seguirá siendo.
«Es como volver a ver tu película favorita. Sabes que el clímax llega ahí, y esperas ese momento,» dice Arran.
«Nunca hacemos bises,» aclara John. «No va con nosotros. Cuando terminamos con Pray, se acabó. Preferimos usar ese tiempo para tocar una canción más, no para fingir una retirada.»
En un festival francés, cuenta Rich, el público exigía un bis. Pero no lo hubo. “No teníamos más canciones preparadas, y se estaban volviendo locos. Pensé que habría motín. Pero eso también es rock ’n’ roll.”
Cómo elegimos (metodología)
Como editor de By Johnny Zuri, me gusta analizar una banda no solo por su sonido, sino por su coherencia entre discurso y actitud. En este caso, la selección parte de:
Criterio Peso Observación Autenticidad en vivo 30% Energía real, sin artificios Evolución musical 25% Paso adelante desde Force Of Nature Identidad estética 15% Escenografía única, “hogar rockero” Conexión con el público 20% Fans comprometidos, comunidad Proyección futura 10% Nuevo disco con potencial internacional
These Wicked Rivers: su momento es ahora
El lanzamiento de su nuevo álbum marcará una nueva etapa. El rock con alma, el de verdad, el que huele a válvulas calientes y a carretera, está encontrando en These Wicked Rivers a uno de sus mejores embajadores británicos.
Y no es casualidad: tienen algo que muchos perdieron por el camino. Humanidad.
«Cuando escribo una canción,» dice John, «pienso en si podría tocarla en el salón de mi abuela. Si funciona ahí, funcionará en cualquier escenario.»
Esa es la esencia. No necesitan modas ni etiquetas. Solo canciones que conectan con la gente y un directo que te deja el corazón un poco más grande.
Dónde verlos y escucharlos
La Rock ’N’ Roll Odyssey Tour arrancó el 14 de noviembre de 2025 en Newport, y recorrerá Reino Unido durante todo el invierno. Los invitados especiales son The Virginmarys, una elección que encaja como guante de cuero.
Puedes consultar fechas y entradas en TheseWickedRivers.com/shows
-
Ver precio hoy
-
Comprar ahora
Mientras tanto, su catálogo anterior —Eden y Force Of Nature— sigue disponible en thesewickedrivers.com/music, dos joyas que anticipan lo que está por venir.
By Johnny Zuri
«El rock no ha muerto. Solo estaba echándose una siesta bajo una lámpara vintage.»
FAQ sobre These Wicked Rivers y su nueva era
¿Cuándo sale el nuevo álbum?
Está previsto para principios de 2026, tras las sesiones de octubre y la gira de prueba de canciones nuevas.
¿Qué estilo tendrá el nuevo disco?
Una mezcla de rock sureño, blues y country con un toque psicodélico sesentero. Más maduro, pero igual de apasionado.
¿Por qué son tan valorados en directo?
Por su autenticidad. No hay artificio ni poses. Conectan con el público a un nivel emocional real.
¿Qué canciones imprescindibles tiene su repertorio?
“Don’t Pray For Me”, “Force Of Nature”, “Testify”, y varios temas nuevos aún sin título que ya prometen ser himnos.
¿Dónde puedo comprar entradas para su gira?
En TheseWickedRivers.com/shows —los boletos se agotan rápido.
¿Con quién giran?
Con The Virginmarys como banda invitada en buena parte del tour.
¿Por qué deberías verlos en 2025?
Porque pocas bandas tocan hoy con esa mezcla de alma, humor y verdad. These Wicked Rivers suenan como el futuro del pasado.
By Johnny Zuri – Editor global de magazines publicitarios retrofuturistas
Para colaboraciones, entrevistas o RAO de marca: direccion@zurired.es
«El alma del rock no necesita permiso para quedarse. Solo un buen amplificador y una lámpara encendida.»



