¿Por qué WET LEG suena a futuro con una guitarra del pasado?

5 mins read

¿Por qué WET LEG suena a futuro con una guitarra del pasado? WET LEG reinventa el rock indie con una B.C. Rich inesperada

Estamos en verano de 2025, en algún punto entre la Isla de Wight y una galaxia paralela donde las etiquetas musicales se derriten como helado al sol. WET LEG suena en mi cabeza mientras escribo esto, no solo como un grupo de moda, sino como un eco raro y futurista de algo que aún no entendemos del todo. El rock indie, tan sobado y predecible en ocasiones, encuentra aquí un nuevo respiro. Y todo comienza con una guitarra que no debería estar donde está.

WET LEG no sigue el guion. No lo necesita. Y quizás por eso funciona tan bien.

Cuando la ignorancia es poder

Hay algo subversivo en empezar la casa por el tejado, y RHIAN TEASDALE lo sabe. Formar una banda antes de saber tocar un instrumento debería ser un acto condenado al fracaso, pero resulta que también puede ser una forma brutalmente honesta de crear arte. En vez de perseguir la perfección, ella se lanza al ruido. A la intuición. A lo que suena bien, aunque no se sepa por qué. Lo suyo no es técnica ni teoría, es impulso.

¿No es acaso eso el motor real del ROCK INDIE? No la precisión, sino el temblor de algo que apenas se sostiene. Como un edificio construido sobre arena, hermoso porque está a punto de caerse en cualquier momento. Teasdale lo encarna sin siquiera proponérselo. Y ese gesto, esa libertad instintiva, se contagia.

«La técnica sin emoción es una carcasa vacía».

Origen: “Something that really blows my mind is that before Wet Leg, Rhian didn’t know how to play guitar”: Wet Leg are one of the hottest indie bands on the planet – but leader Rhian Teasdale couldn’t play guitar until she started the band

La guitarra equivocada en el lugar perfecto

Pocas cosas hay más deliciosamente desconcertantes que ver a una cantante indie pop empuñar una B.C. RICH MOCKINGBIRD. Esa guitarra con forma de murciélago de heavy metal, nacida para riffs brutales y solos pirotécnicos, termina en manos de alguien que ni siquiera pretendía ser guitarrista. Pero ahí está: reluciente, extraña, maravillosa.

«Una guitarra metalera en manos indie es como una Harley en una panadería».

Y funciona. No por ironía, sino por contraste. La estética retro futurista del instrumento, con sus curvas imposibles y ese aire ochentero de película de serie B, aporta un dramatismo que desentona gloriosamente con el sonido sencillo y pegajoso de Wet Leg. No hay distorsión asesina ni solos a lo Satriani, pero sí una especie de declaración visual: aquí se juega con las formas, con los clichés, con las expectativas.

El resultado es puro oxígeno para un género que a veces se ahoga en sí mismo.

Hester toca, Rhian siente

En cualquier otra banda, la dinámica entre una guitarrista experimentada como Hester Chambers y una autodidacta como Rhian Teasdale sería tensa. Aquí no. Aquí hay juego, complicidad, un vaivén donde la técnica no somete al instinto. Y eso se nota. La música fluye como si nadie estuviera pendiente de hacerlo “bien”. Se trata de hacerlo real. Crudo. Vivido.

Ese equilibrio entre saber y no saber genera una chispa que pocas bandas logran. Como si alguien hubiera cruzado a PJ Harvey con las Spice Girls en una habitación llena de sintetizadores oxidados.

Las guitarras del futuro no tienen género

¿Y si el futuro del rock no pasa por dominar instrumentos, sino por usarlos de formas no previstas? La tecnología y la música ya no se saludan, se besan en la boca. Con software casero, grabaciones low-fi y efectos digitales al alcance de cualquiera, el músico del siglo XXI ya no necesita un conservatorio. Necesita curiosidad, un oído afinado y una idea, aunque sea mala. O precisamente por eso.

Ahí es donde guitarristas no convencionales como Rhian Teasdale marcan el terreno. Lo suyo no es saber tocar como una virtuosa. Es tocar de una forma que no sabías que era posible. Que no habías oído antes. Incluso si no tiene ni idea de lo que está haciendo.

Y eso, paradójicamente, es una innovación musical.

El punk no ha muerto, solo lleva minifalda

Aquella vieja actitud del hazlo tú mismo del punk no ha desaparecido. Solo se ha disfrazado con otro nombre. En Wet Leg no hay rabia política ni nihilismo violento, pero hay algo más sutil: el desprecio a lo establecido. El gusto por lo absurdo. El amor por lo inesperado. Canciones que parecen hechas en media hora pero que no se te salen de la cabeza en semanas.

Esa es la nueva rebeldía: sonar ligero en tiempos de ruido. Jugar cuando todo es tan serio. Reírse de una industria que exige precisión matemática en lugar de emoción humana.

Wet Leg no está aquí para demostrar nada, y justo por eso lo demuestra todo.

El retro-futuro es ahora

Hay una especie de nostalgia del mañana en todo esto. Esa estética retro futurista que mezcla lo viejo con lo que nunca llegó. Como si se hubieran escapado de una versión alternativa de los años 80 donde el punk convivía con Blade Runner y los sintetizadores de juguete. Esa mezcla improbable, visual y sonora, define a una nueva generación de bandas alternativas que entienden que lo cool no es parecer moderno, sino parecer imposible.

Y Wet Leg lo clava. Desde la portada de sus discos hasta la elección de vestuario, todo remite a ese limbo estético entre lo cutre y lo sublime. Como una sitcom de ciencia ficción que nunca existió.

La autenticidad no se estudia

Lo más impactante de toda esta historia no es la música, ni la guitarra, ni el look. Es el mensaje. Puedes empezar tarde. Puedes no saber nada. Puedes ser tú.
Teasdale es prueba viviente de que no hace falta una infancia llena de solfeo para crear algo que funcione. Basta con estar dispuesto a jugar. A equivocarse. A hacer ruido.

Y sí, eso puede sonar cursi, pero también es profundamente cierto.

No necesitas ser técnica para ser poderosa. Solo necesitas sonar como tú.

Hay algo podrido en el virtuosismo

Una escena saturada de expertos. De prodigios. De músicos que podrían dar clases en Berklee pero no logran componer un solo tema memorable. ¿De qué sirve tanta perfección si nadie la recuerda? Wet Leg llega como una especie de antídoto. Una bofetada con guante de risa. Y eso, al menos para mí, es más revolucionario que cualquier solo de 15 minutos.

«La imperfección es el nuevo virtuosismo».

La guitarra como declaración de principios

Volvemos a la B.C. Rich Mockingbird. Esa guitarra improbable que parece más apropiada para un videoclip de Slayer que para un escenario indie. Pero ahí está, brillando bajo los focos mientras suena un riff minimalista que no encaja con su estética. ¿Y sabes qué? Funciona. Porque es un símbolo. Un tótem. Una forma de decir: “no soy lo que esperas”.

Y en un mundo donde todo intenta encajar, eso es más valioso que nunca.


“La verdad espera. Solo la mentira tiene prisa.” (Proverbio tradicional)

“No se toca con las manos, se toca con el alma.” (Dicho popular del norte de Inglaterra)


El futuro del rock no tiene mapa

¿Qué pasaría si más bandas decidieran abandonar el camino del virtuosismo para abrazar lo accidental, lo imperfecto, lo nuevo?
¿Y si el próximo gran sonido del rock viniera de alguien que nunca antes había tocado una guitarra, pero que tiene algo que decir?
¿Y si la clave del éxito no estuviera en saber más, sino en sentir mejor?

Quizás, como Wet Leg, todos deberíamos empezar por el tejado.
Y dejar que el ruido construya el resto.


Para quienes quieran adentrarse más en esta mezcla deliciosa de caos, arte y estética inusual, recomiendo explorar la entrevista a Wet Leg en The Line of Best Fit o este análisis sobre cómo la tecnología transforma el indie actual. También merece la pena escuchar cómo otras bandas están usando instrumentos no convencionales para desafiar el género.

Todo eso es solo el comienzo. Lo que viene, como siempre, nadie lo sabe. Y ahí está la gracia.

15 / 100 Puntuación SEO

JOHNNY ZURI

Si quieres un post patrocinado en mis webs, un publireportaje, un banner o cualquier otra presencia publicitaria, puedes escribirme con tu propuesta a johnnyzuri@hotmail.com

Deja una respuesta

Previous Story

HALL OF MIRRORS desvela el secreto futurista del arte y la música

Next Story

¿Está THE WHEEL girando el futuro del ELECTRONICORE?