“El resurgir de una noche inolvidable: One Way Out en el Pizza Express Jazz Club de Soho”
Es curioso cómo ciertos momentos que parecen fugaces pueden perdurar mucho más allá de lo esperado, sobre todo cuando la música está en el centro de la escena. Así fue el caso de la primera noche de la gira europea del álbum One Way Out, que tuvo lugar el 22 de agosto de 2022 en el Pizza Express Jazz Club de Soho, Londres. Una velada que, en principio, iba a ser una simple grabación en vivo, terminó convirtiéndose en una obra digna de ser compartida con el mundo entero, gracias a un conjunto de eventos inesperados que casi parecen sacados de una historia de ficción.
Una grabación rescatada del pasado
Lo que estaba destinado a ser un bootleg -una grabación informal y sin pretensiones- dio un giro cuando aparecieron archivos multipista que nadie esperaba. Gracias al ingeniero de sonido Edoardo Allertsen, quien grabó el show sin ninguna pretensión de hacerlo público en aquel momento, se dio el primer paso para transformar esa noche en algo mucho más trascendental. Pero lo que realmente hizo la diferencia fue la intervención mágica de Juan Pablo Alcaro, quien con su pericia en la mezcla y masterización, logró capturar la esencia pura de lo que sucedió esa noche en el escenario.
La atmósfera, los pequeños detalles, los diálogos improvisados entre los músicos, todo está ahí, cristalizado en un álbum que, originalmente, ni siquiera se planeaba lanzar. “Esta noche fue mía, pero ahora es tuya”, dice Janek Gwizdala con un tono que refleja gratitud y humildad. Porque esa noche en Soho dejó de ser solo de él, de su banda o del público presente, para convertirse en algo que cualquier amante de la música puede ahora experimentar de nuevo o por primera vez.
Tom Cawley y Nicolas Viccaro: fuerzas incontrolables
La colaboración entre Tom Cawley y Nicolas Viccaro elevó el concierto a niveles insospechados. Cawley, con su virtuosismo en el piano, y Viccaro, un maestro de la batería, parecían sincronizarse de una forma casi telepática. Las interacciones entre ambos músicos, y con Janek, crearon un diálogo musical tan vibrante que fue imposible no sentirse arrastrado por esa fuerza magnética que se desplegó en el escenario.
Este tipo de química no se genera de la noche a la mañana. Es el resultado de años de trabajo, de tocar juntos, de entender no solo las notas, sino también los silencios y los ritmos internos de cada uno. Ese 22 de agosto, esa complicidad se materializó en un show que, sin lugar a dudas, será recordado como una de las presentaciones más poderosas de la gira.
El alma de Soho: Pizza Express Jazz Club
Sin embargo, no todo fue magia sobre el escenario. Una de las piezas clave en esta historia es el icónico Pizza Express Jazz Club de Soho. Este lugar, que ha sido el hogar de innumerables noches memorables, tiene un encanto propio. Su atmósfera íntima y acogedora proporciona el ambiente perfecto para espectáculos como el de Janek y su banda. En palabras del propio Gwizdala, cada vez que toca allí, siente que algo especial sucede. Y parte de ese encanto proviene de un equipo que, detrás de bambalinas, se asegura de que todo funcione a la perfección.
Janek también agradece especialmente al club por “haber apostado por mí al reservar a mi banda”. Y es que, en un mundo donde muchas veces las apuestas musicales son seguras y poco arriesgadas, encontrar lugares que ofrezcan plataformas para propuestas innovadoras y artísticas como la suya es un lujo.
Un regalo para los amantes del bajo
Para los seguidores de Janek, la experiencia no se limita al álbum. El músico ofrece una puerta de entrada al mundo del bajo con una serie de libros especializados en técnicas y desarrollo musical. Estos recursos no solo brindan conocimientos técnicos, sino también la posibilidad de entender el enfoque que Gwizdala pone en cada nota que toca. Ya sea a través de sus libros o del acceso a su boletín informativo, los fanáticos tienen la oportunidad de profundizar en su mundo creativo y seguir de cerca su evolución como artista.
La magia de compartir la música
El viaje que llevó a este álbum es, sin duda, fascinante. Lo que alguna vez fue una simple presentación en vivo, destinada a desaparecer en el aire como tantas otras, ha sido rescatado y transformado en algo que perdurará en el tiempo. “One Way Out” es, en definitiva, una obra que no solo captura el momento, sino que lo trasciende, ofreciéndonos un vistazo a la alquimia que ocurre cuando músicos excepcionales se encuentran en el lugar y el momento adecuados.
Esta grabación que era “mía” ahora es “tuya”, dice Janek. Y esa frase encierra toda la filosofía detrás de este lanzamiento: la música es para compartir, para ser disfrutada, para hacer que las emociones que alguna vez fueron de unos pocos, ahora puedan ser experimentadas por todos.
La cuestión que queda por resolver es si habrá más noches como esta, más “bootlegs” que se conviertan en obras maestras inesperadas. ¿Cuántas otras joyas musicales han quedado atrapadas en el tiempo, esperando ser descubiertas?
Lo que es seguro es que, gracias a momentos como este, el futuro de la música sigue siendo tan impredecible como emocionante.