HORSEGIRL: EL FUTURO DEL INDIE ROCK TIENE SONIDO RETRO Y ESPÍRITU LO-FI
Hay algo en Horsegirl que suena a infancia, pero no a la versión pulida y edulcorada que el marketing nos vende, sino a esa época de habitaciones desordenadas, ensayos de garaje y cintas de casete que se enredaban sin piedad. Su nuevo álbum, Phonetics On And On, es una cápsula del tiempo hacia esa sensación: un homenaje al caos encantador de la juventud y un guiño al pasado con un pie firmemente en el presente.
Porque la nostalgia en el indie rock no es un simple ejercicio de imitación. Horsegirl no se limita a copiar a Young Marble Giants, Television Personalities o Velvet Underground—sería demasiado fácil. En su lugar, filtran esas influencias a través de un lente genuinamente adolescente, con la torpeza y el desenfado que hace que su música no suene a revival, sino a una conversación intergeneracional donde el pasado y el futuro coexisten en perfecta disonancia.
Lo-fi no es descuido, es una declaración de principios
Durante años, la industria musical nos ha vendido la idea de que la producción limpia es sinónimo de calidad. Pero algo ha cambiado. Bandas como Horsegirl, al igual que Cate Le Bon, Snail Mail o Bartees Strange, han demostrado que la crudeza y la imperfección tienen una belleza propia, que la producción minimalista y lo-fi puede transmitir emociones que una mezcla pulida jamás capturaría.
Este álbum suena «janky», y no es casualidad. Cate Le Bon, quien trabajó con la banda en este proceso, entendió que su esencia no estaba en corregir errores, sino en dejarlos vivir. Lo que en otras producciones se considera un defecto aquí es un ingrediente clave: los silencios incómodos, las guitarras que parecen desafinarse a propósito, la sensación de que todo podría desmoronarse en cualquier momento… y sin embargo, nunca lo hace.
«La belleza está en lo imperfecto», parece decir Horsegirl, y en un mundo obsesionado con la perfección, eso es algo radical.
El regreso del minimalismo en la música indie
¿Por qué cada vez más bandas están adoptando una producción más minimalista y lo-fi? La respuesta es simple: porque en la imperfección hay autenticidad.
El sonido de Phonetics On And On bebe de la tradición de bandas como Faust IV, donde el krautrock se convierte en un laboratorio de experimentación, donde los errores no se corrigen, sino que se amplifican. Hay un vacío intencional en las canciones de Horsegirl, un juego de silencios y contrastes que recuerda al post-punk de los 80 y a ese momento mágico en que un grupo de adolescentes se da cuenta de que, con tres acordes, pueden cambiar su mundo.
La falta de múltiples capas instrumentales en este álbum no es una limitación, sino un recurso creativo. Se siente como un ensayo grabado en vivo, pero con la intención de una obra de arte cuidadosamente construida.
¿Es el minimalismo el nuevo maximalismo? Quizá. En un momento donde todo suena sobreproducido, el indie rock está regresando a lo básico, y Horsegirl está liderando esa carga.
Cate Le Bon y la alquimia de lo imperfecto
Cuando Cate Le Bon se involucró en este álbum, lo hizo con una idea clara: no pulir lo que no necesita ser pulido. La artista galesa es conocida por su enfoque experimental en discos como Pompeii, y vio en Horsegirl algo que pocas bandas jóvenes tienen: un caos natural y una inocencia musical que merecían ser preservadas.
El resultado se siente espontáneo pero meticuloso. Se notan influencias del krautrock, del post-punk y hasta del folk psicodélico, pero lo que hace que este álbum destaque es cómo cada canción parece desafiar la estructura convencional sin perder su inmediatez.
Violines donde deberían ir sintetizadores. Percusiones que suenan a juegos infantiles. Guitarras que recuerdan más a una clase de música de secundaria que a un estudio profesional. Todo está pensado para evocar ese sentimiento de nostalgia sin caer en la trampa de lo artificial.
El indie rock del futuro suena como un casete viejo (y eso es bueno)
Mientras muchas bandas replican sonidos vintage con una fidelidad casi arqueológica, Horsegirl usa el pasado como punto de partida, no como destino final.
Phonetics On And On es un álbum que recupera la espontaneidad y la energía cruda de la juventud en un momento en que la música alternativa parece obsesionada con la perfección digital. Es un recordatorio de que las canciones más memorables no son las que suenan impecables, sino las que nos hacen sentir algo real.
Hay algo refrescante en una banda que no teme sonar desordenada, juguetona y descaradamente retro sin convertirse en una caricatura del pasado. En un mundo donde la tecnología puede corregir cada imperfección, Horsegirl nos recuerda que lo humano, lo crudo y lo auténtico todavía tienen un lugar en la música.
Y quizá, solo quizá, ahí esté el verdadero futuro del indie rock.