¿POLO & PAN encenderá la noche mexicana? El retorno retro futurista de POLO & PAN sacude el Auditorio BB
Es abril de 2025 en Ciudad de México y POLO & PAN ya se huele en el aire, como si la primavera trajera flores de neón y tambores galos 😊. La noticia corre veloz: el dúo francés aterrizará el 24 de abril en el Auditorio BB, un recinto que late entre columnas art-déco y murmullos de celuloide derretido, según detalla la página oficial del Auditorio BB .
“La alegría se diseña en formato vinilo y se dispara en alta definición”. Con esa imagen me planto en la Hipódromo Condesa, donde el rumor de sintetizadores coloniza las terrazas y los meseros sirven cafés como si fueran pociones futuristas. Hace tiempo que Paul Armand-Delille y Alexandre Grynszpan —los alquimistas tras el alias— conquistaron plazas legendarias: el Hollywood Bowl en Los Ángeles, Sónar en Barcelona y la pista incendiaria de Circoloco en Ibiza, como recopila el archivo de Concertful . Cada escenario suma una estampa: en California un saxofón improvisado destrozó las leyes del prudente decibelio; en Cataluña una tormenta veraniega bailó con “Nanã” y, en Baleares, los lasers parecieron rebanar el Mediterráneo.
Origen: Polo & Pan regresan con un espectáculo retro-futurista al Auditorio BB, Mexico
El hechizo retro futurista se fragua
El Auditorio BB no es un mero inmueble; es un cine reencarnado en santuario sónico. Sus butacas viejas han olido cintas de 35 mm y hoy crujen felices al compás de bombos digitales. Allí, la preventa arranca el 16 de enero —dato confirmado por Indie Rocks!— y la venta general estalla al día siguiente, todo en manos de la infalible plataforma de boletaje, Ticketmaster México .
Pero el misterio más jugoso no está en las fechas, sino en la reinvención. El recinto presume acústica quirúrgica y una pantalla LED hambrienta de retinas. ¿Repetirán aquel truco de Red Rocks —constelaciones ficticias sobre la cabeza del público— o nos sorprenderán con un coro infantil que erice la piel? La respuesta vive, por ahora, en los bucles de una sesión privada.
“Baila primero, pregunta después”. Tal parece la consigna del nuevo sencillo “22:22”, presentado con bombo y platillo por el portal DJ Culture Mag . Entre sus pistas se asoman colaboraciones con Metronomy y Beth Ditto, perfumes pop que chocan con bajos que huelen a club ochentero y jardín tropical.
Un cofre de neón para los sentidos
Cruzo la calle Tlaxcala y el aroma a café tostado se mezcla con la idea de lasers verdes partiendo el aire como espadas Jedi. Polo & Pan no se conforman con el oído; juegan con aromas, proyecciones y vestuario digno de un sastre escapado de la Exposición Universal de 1967. El resultado es un carnaval sin carrozas donde todo flota, desde los beats hasta los mechones de cabello electrizados por el bajo.
Surge, claro, la pregunta que nunca muere: ¿por qué lo retro se empeña en vestir al futuro? Tal vez porque la nostalgia funciona como brújula; apunta adelante mientras aparenta girar la cabeza. Las cifras lo respaldan: el vinilo volvió a rebasar al CD y las cintas de casete se han convertido en amuletos de bolsillo. Nada muere; todo se recicla y rebrilla al compás de una tornamesa.
“La verdad espera. Sólo la mentira tiene prisa.” — Proverbio tradicional
Coordenadas de un viaje sin pasaporte
Para quienes quieran embarcar, la ecuación es simple: jueves 24 de abril, 21:00 h, Auditorio BB. La plataforma Bandsintown describe el concierto como experiencia «all-senses», e incluso sugiere hoteles cercanos al mar de tacos al pastor que perfuma la avenida Álvaro Obregón. El smartphone será la puerta de embarque: un QR tembloroso convertido en talismán.
El atuendo, advierten los enterados, importa. Sneakers que resistan manchas fluorescentes y chaquetas de lentejuelas que reflejen los rayos láser. Y, por qué no, un sombrero absurdo, digno de foto viral y envidia ajena. “La moda —dicen— es la hermana descarada de la música”. Habrá que creerles.
“Vístete de sol, que la luna se pone celosa”. La sentencia me sacude mientras ajusto el volumen de “Feel Good”. La canción, convertida en himno de brunch cosmopolita, parece escrita para rodar en bici por Paseo de la Reforma un domingo cualquiera.
Destello clave: Polo & Pan y su fuerza retro futurista
Historias que laten bajo el beat
Recuerdo un ensayo en París. Paul retorció un theremin hasta convertirlo en sierra circular; la nota aguda espantó a un gato que dormía sobre la mesa de mezclas. La anécdota voló entre fans a la velocidad de un meme, reforzando la reputación de alquimistas juguetones.
Otro fragmento de la leyenda sucede en Polanco, hace un par de temporadas. Cuentan que Alexandre se perdió entre puestos de mercado y compró unas maracas pintadas a mano; después las sampleó en vivo, regalando a “Dorothy” un acento urbano-mexicano. Puede que repitan la travesura; quizá aparezca un cuarteto de metales estilo Nueva Orleans. El guion se escribe corriendo y, a veces, con tinta invisible.
“Sin riesgo no hay conquista” — Grafiti anónimo junto al Metro Chilpancingo
Donde colisionan pasado y mañana
Lo fascinante de POLO & PAN es su habilidad para soldar épocas. Sus bajos miran al mañana, pero sus coros infantiles evocan domingos de radio AM y chocolate caliente. La estética retro no es disfraz, sino ventana: permite asomarse al futuro con ojos curtidos, sin miedo a los reflejos de neón.
En el Auditorio BB cada acorde dialogará con un lienzo de luces que se estira como chicle sobre las cabezas. Al fondo, el operador visual —un virtuoso apodado Mr. Rodriguez— promete recrear los colores del amanecer visto desde un avión de papel. ¿Exagero? Tal vez. Pero la propia música invita a la hipérbole, y sería criminal negarse.
Latido esencial: la música es libertad, nunca manual de instrucciones
El laberinto de las sorpresas
Cuanto más datos acumulo, más preguntas brotan. ¿Habrá invitado mexicano? Voces cercanas mencionan a Caloncho; otras juran haber escuchado acordeón de Julieta Venegas resonar en un ensayo. Todo es posible y nada se confirma. El suspense vende boletos —susurran los promotores— y yo asiento: también vende historias.
Intriga, asimismo, la narrativa visual. Los franceses han coqueteado con inteligencia artificial para animar paisajes que respiran al ritmo del bombo; Sónar ya lo vio hace unas semanas . Imaginen un campo de flores pulsando al compás del subgrave: quizá estrenen el truco en México antes de exportarlo al resto de la gira.
Viaje sin despedida
La noche del 24 de abril, cuando las luces se apaguen y la primera nota vibre, entenderemos que la nostalgia no retrocede: danza en espiral y aterriza justo enfrente. Yo pienso saborear cada sintetizador como quien paladea el último churro antes del alba, aunque la mente se me escape por túneles de recuerdo. Después de todo, los mejores hallazgos nacen del despiste.
Me quedo con una pregunta zumbando como abeja insomne: ¿será esta velada el inicio de un capítulo decisivo para la electrónica en México, o apenas un destello que se apaga con el amanecer? 🌙
Que cada lector decida si compra boleto o escucha de lejos. Pero cuidado: las leyendas suelen comenzar así, con un rumor, un beat y una invitación que se vuelve irresistible.
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