Christopher Wright entre la redención y el country alternativo ¿Por qué «The Other Side» suena a música retro con un toque de raíces rock?
Christopher Wright no es un músico más en la escena del country alternativo. Es un sobreviviente. Y no lo digo con ligereza. El tipo ha pasado por el infierno: adicciones, cárcel, problemas de salud… y, de alguna manera, ha salido del otro lado con una guitarra en la mano y un disco que suena como una confesión en mitad de la madrugada. Su debut, The Other Side, no es solo un álbum, es un testimonio. Y uno de los buenos.
La primera vez que escuché Collin County, el tema que abre el disco, sentí que me transportaba a una celda, con el eco de una guitarra acústica resonando contra las paredes de concreto. La canción arranca con Wright reflexionando sobre los puentes quemados y la esperanza de no repetir los mismos errores. Pero seamos honestos: la vida rara vez funciona así de fácil. El country está lleno de historias de segundas oportunidades que nunca llegan. Y Wright lo sabe.
El álbum está plagado de temas que parecen arrancados de un diario personal. ‘Things I Can’t Afford’ es un lamento sobre el tiempo perdido, y ‘Off to the Races’ es casi un grito de guerra para aquellos que alguna vez han apostado por la carta equivocada. Pero lo que realmente hace que The Other Side destaque es la forma en que combina lo vintage con lo contemporáneo. Hay ecos de roots rock, guitarras con alma de los años 70 y una producción que suena tan natural que casi puedes oler el polvo de Texas en cada acorde.
La influencia de Lucas Hubbard y Jonathan Tyler en el sonido de The Other Side
Hacer un disco así de crudo y honesto requiere más que talento: hace falta alguien que entienda la visión. Y aquí es donde entran Lucas Hubbard y Jonathan Tyler, los productores detrás del sonido de The Other Side.
Hubbard, hijo de la leyenda del outlaw country Ray Wylie Hubbard, entiende perfectamente cómo hacer que un álbum suene auténtico sin caer en la trampa de lo pretencioso. Su mano se nota en la forma en que las guitarras acústicas y eléctricas se entrelazan con los arreglos de pedal steel y violín. Jonathan Tyler, por su parte, aporta su sensibilidad rockera, creando un balance entre la aspereza y la melancolía.
El disco fue grabado en Dripping Springs, Texas, en The Zone Studio, un lugar que ha visto nacer algunos de los mejores trabajos de la escena americana. Y el resultado es evidente: no hay nada forzado, no hay sobreproducción. Solo músicos en una habitación tocando como si la vida dependiera de ello.
Lo retro y lo vintage como alma del disco
Si hay algo que define a The Other Side, es su sonido atemporal. No es el típico disco de country alternativo que intenta sonar moderno a toda costa. Aquí hay algo más profundo, un regreso a las raíces del roots rock con guiños a la música retro.
Escucha ‘Shortcuts’ y dime que no sientes el espíritu de los viejos discos de Tom Petty flotando en el aire. La armónica y la guitarra slide en ‘Drunk on You’ evocan a los grandes del blues sureño. Y ‘Good One to Quit On’ es el tipo de balada que podrías encontrar en un bar de carretera a las tres de la mañana, con la voz de Wright flotando entre el humo y el olor a whisky barato.
Pero aquí viene lo interesante: aunque las influencias están claras, Wright nunca suena como una copia. No está imitando a los clásicos; está filtrando su historia personal a través de ellos. Y eso es lo que hace que este disco se sienta tan genuino.
La evolución del roots rock y el lugar de Christopher Wright en ella
El roots rock ha pasado por muchas etapas. En los 80, fue la respuesta a los excesos del rock de estadio, con bandas como Jason & The Scorchers y Drivin’ N Cryin’ trayendo de vuelta la crudeza del blues y el country. Luego vinieron los pesos pesados del country alternativo, como Steve Earle y Lucinda Williams, que añadieron una narrativa más personal y letras más profundas.
Hoy en día, el género está en un punto curioso. Bandas como The War on Drugs y Sam Fender han tomado influencias del heartland rock, mientras que artistas como Tyler Childers y Sturgill Simpson han llevado el country alternativo a nuevas alturas. Y en medio de todo esto, aparece Christopher Wright, con un álbum que parece hablarle tanto a los viejos fanáticos de Townes Van Zandt como a los que descubrieron el country alternativo ayer.
«La música más honesta es la que nace del desastre»
Christopher Wright no tiene nada que demostrar. No necesita seguir tendencias ni tratar de encajar en la escena musical actual. Su historia ya es suficiente: un hombre que ha visto el peor lado de la vida y ha encontrado su redención en la música. Y cuando pones The Other Side y dejas que suene, sientes cada cicatriz en su voz.
La gran pregunta es: ¿qué sigue para Wright? ¿Este álbum es solo un testimonio de su pasado o es el inicio de algo más grande? Porque si The Other Side nos ha enseñado algo, es que la música más poderosa no viene de los estudios más caros ni de los artistas más pulidos. Viene de aquellos que han estado al filo del abismo… y han encontrado una canción que cantar.