¿Puede un trío de rock devolvernos la fe en la música? CAMINO A NUNCA MÁS suena a verdad y furia sin concesiones
RAMDEL es un torbellino con forma de bajo, guitarra y batería que no pide permiso para entrar en tu cabeza y quedarse a vivir. Lo sé porque yo estuve allí, cuando lo que ahora es un vendaval empezó siendo solo una ráfaga, un cuarteto algo tímido, casi inocente, que pronto entendió que el rock de verdad no se mendiga, se impone. Ramón Delgado, el alma incansable y polifacética de este proyecto, tenía claro que esto no era un pasatiempo. No era un capricho tardío. Era un acto de fe.
RAMDEL es eso: la fe transformada en ruido, la furia convertida en melodía, la nostalgia de los 70 sacudida por la crudeza del presente. Y si no me crees, escucha su nuevo álbum “CAMINO A NUNCA MÁS”, grabado en Los Ángeles bajo la batuta de Fabrizio Grossi, ese productor mítico que ha hecho sonar a Alice Cooper, Steve Vai o Joe Bonamassa como si el mismísimo infierno les respirara en la nuca. Y ahora, les ha pasado el relevo a este trío español que ya no necesita pedir permiso para rugir.
“Solo tú” abre la caja de truenos con videoclip incluido, y es un puñetazo emocional en la mesa. Pero también están “No veo la luz” y “Sobre suelo mojado”, dos joyas que brillan más aún al saber que el legendario Kenny Aronoff —sí, el mismo que ha hecho retumbar la batería para Santana, Bon Jovi o Bob Dylan— está ahí, golpeando con ellos.
«RAMDEL no revive el rock, lo despierta a patadas.»
El retrofuturo suena con alma propia cuando habla RAMDEL
Lo que RAMDEL ha creado aquí no es un disco cualquiera. Es una declaración. Una advertencia. Un grito. Es un mapa para los perdidos y una bofetada para los cínicos. Porque “CAMINO A NUNCA MÁS” no se limita a homenajear a las grandes bandas de los setenta —aunque sí, hay mucho de ellos aquí: guitarras afiladas como navajas, baterías como terremotos, voces que arañan— sino que toma esas influencias y las destroza para reconstruirlas a su manera.
No hay espacio para las medias tintas cuando tienes a Jordi Pinyol escupiendo riffs que podrían incendiar una autopista, y a Miguel Ángel Benítez atronando desde la batería con la furia de quien ha tenido que abrirse camino a golpes. El bajo de Ramón no es solo una línea rítmica: es un latido visceral, y su voz parece llegar desde un lugar donde el alma aún sangra.
Y lo mejor es que no están solos. En este viaje les acompañan nombres que cualquier melómano reconocería al vuelo. Carlos Escobedo de Sôber pone su sello como quien deja fuego en lugar de huella. Jorge Salán, guitarrista de leyenda vinculado a Mägo de Oz o Jeff Scott Soto, despliega su maestría sin despeinarse. Y Luka Ravase de Deeper Purple colabora en el próximo sencillo “A todo tren”, que se lanza el viernes 11. ¿Demasiado talento? No, nunca es demasiado cuando el objetivo es conmover hasta al más escéptico.
«Esto no es rock vintage, es dinamita con memoria.»
“No es lo mismo oír que escuchar, y RAMDEL exige lo segundo.”
Aquel día que me contaron que presentarían el disco el 25 en la Sala Belle Pop de Madrid, supe que no iba a ser un concierto cualquiera. No, esto va más allá del directo. Esto es un reencuentro. Con lo que fuimos, con lo que amamos, con el sonido que nos hizo sentir vivos cuando todo lo demás era ruido de fondo.
Y lo presentan en CD y vinilo, como debe ser. Porque cuando algo suena con esta verdad, se merece una edición que se pueda tocar, oler, guardar como un secreto valioso. RAMDEL suena mejor cuando cruje el plato y el alma se tensa.
¿Y su web oficial? Pues claro, ahí tienes todo lo que necesitas para seguirlos la pista o perderte entre sus acordes: INICIO | Ramdel
Cuando el rock se escribe con sangre y con nombre propio
RAMDEL no es una banda que suena a otras. Es una banda que suena a sí misma, aunque haya ecos de los grandes. Y eso no se improvisa. Se forja. Se suda. Se canta con voz rota y se grita con el corazón. No hacen canciones para las listas de éxito, sino himnos para los que aún tienen fe en la música de verdad. Para los que creen que la música debe doler un poco para ser auténtica.
Y es curioso: este disco, que se titula “CAMINO A NUNCA MÁS”, no es un adiós. Es un comienzo. El de un viaje que te lleva directo a lo esencial. A ese lugar donde el rock es carne y hueso. Donde la música no es producto, sino experiencia. Donde lo retro no es moda, sino memoria. Donde el futuro se escribe con riffs.
«No todos los caminos llevan a Roma. Algunos llevan a ti mismo.»
“Quien canta su mal espanta… pero a veces lo enciende.” (Dicho popular)
“El que tiene algo que decir, no necesita gritar.” (Frase atribuida a Miles Davis)
¿Qué pasa si el rock no ha muerto, solo estaba dormido?
¿Y si este CAMINO A NUNCA MÁS es justo lo que necesitábamos?
Porque a veces, solo a veces, llega una banda que no quiere agradar, sino arder. Y RAMDEL lo hace. ¿Estás preparado para escucharlo con los oídos del alma?