Alguien dijo que la música de Naomi Berrill es capaz de calmar el alma colectiva. Son, una vez más, tiempos de violencia y dolor. La cantante y chelista Naomi Berrill viene, quizás, a salvarnos cada uno de nuestros días con su música maravillosa y sus calmantes letras. La curación perfecta que necesitábamos.
LA MUSICA DE NAOMI BERRILL’S
Su sonido es una mezcla de cello clásico con una fusión de melodías populares y hermosas voces suaves. Decía Platón que la música es una ley moral, con la que se da alma al universo, alas a la mente, y nos permite dejar volar la imaginación, al pairo del encanto y la alegría de vivir.
Naomi Berrill nació en una pequeña ciudad de la costa occidental de Irlanda. Estudió con beca en la Real Academia Irlandesa de Música de Dublín, antes de trasladarse a Glasgow, Escocia, para estudiar violonchelo con Robert Irvine en la Real Academia Escocesa de Música y Drama. Entonces, se enamoró, y la vida la llevó a Florencia, donde actualmente reside con su hermosa familia. Un cuento de hadas moderno para una mujer que se las arregla para hacer el tipo de música que le inspiran sus sueños.
Tras el lanzamiento de su álbum debut como solista que en español es algo así como “De la Tierra” ha respondido recientemente a las preguntas de un buen número de medios interesados en ella y sobre todo en su música. ¿Cuales son sus influencias musicales? ¿En que forma ha influido la maternidad en su proceso creativo?
Es maravilloso comprobar como artistas educados en la música clásica dan rienda a la libertad en su música para trascender a la música clásica. Naomi Berrill comenzó a experimentar a principios de 2010 con el violonchelo y su voz. También toca la guitarra y transporta muchos de sus acordes arreglados al violonchelo.
Tiene un ligero recuerdo a Sinead O’Connor, en la voz y también cierta influencia de sus ascendentes italianos. Ella no crea un sonido típicamente irlandés pero se nota que ha escuchado mucha música folk irlandesa durante su vida. Ella se clasifica como una especie de “nómada musical”.
Naomi Berrill es amante de las óperas de Purcell y Bach. Cree fírmemente que la música tiene el poder de unir a la gente. Me resulta curiosa una frase que ella usa frecuentemente y es que “observo a menudo a los músicos mantener conversaciones sin palabras, cuando tocan”.
Para Naomi Berrill los músicos perfectos serían una mezcla de El Cuarteto de Cuerdas de Dinamarca, Chris Thile en la mandolina, Martin Hayes en el violín y la voz de Lauren Kinsella, Theo Blackmann y Diana Panton. Y siguiendo con sus gustos musicales, a Naomi Berrill le gusta Dowland, Purcell, Bach, Beethoven, Shoenberg, Nina Simone, Blossom Dearie, Francien van Tuinen, Lauren Kinsella, Martin Hayes, Iarla Ó Lionáird, Ernst Reijseger, Final Fantasy, Charlie Winston, Chris Thile y The Danish, entre otros. Naomi Berrill compone de madrugada, su momento favorito del día y lejos de todos los dispositivos electrónicos.
