¿La música y los instrumentos musicales del futuro? Clásicos que seguirán siendo instrumentos musicales del futuro…
David Stubbs
Ya había tocado parte de la historia de la música electrónica en Future Days. Ya sabes, el krautrock y la construcción de la Alemania moderna… Pero va más lejos en Sounds of Mars, que acaba de llegar a las librerías. A través de 480 páginas, el periodista británico recorre más de cien años del género musical y descubre que su herencia aún presenta territorios inexplorados.
Artistas de este calibre son los únicos capaces de abordar nuevas músicas mezclando instrumentos futuristas y otros más clásicos y tradicionales como la Flauta peruana. Y es que hoy en día nadie puede negar la ubicuidad de la música electrónica. Desde los éxitos masivos del pop que encabezan las listas hasta las exploraciones sonoras más aventureras, la gran mayoría son el resultado del encuentro íntimo entre la creatividad humana y las máquinas.
¿Como una doble historia?
Por un lado, la de los artistas de vanguardia, y por otro, la de los instrumentos electrónicos que permitieron ir más allá en cuanto a sonido. Hace poco leí “Sustancia: de Joy Division a New Order, de The Human League a The Human League, de Depeche Mode a Depeche Mode”, sobre synthpop, un período crucial en la masificación de la música electrónica. Y obviamente te aconsejo que lo leas tú también.
iPad
Lo cierto es que se trata de dispositivos que, en manos de un músico, sirven para infinidad de cosas pero nadie los consideraría un instrumento musical. Sin embargo, hasta ahora el iPad ha dado los mejores resultados musicales. Hemos escuchado discos compuestos y grabados íntegramente en iPad y, hablando de nuevos instrumentos musicales podríamos preguntarle a Jordan Rudess de Dream Theater.
La nueva LVRA, también conocida como la artista escocesa-china Rachel Lu
Mezcla muestras instrumentales tradicionales chinas con potentes sonidos de bajo para su característico sonido este-oeste. A medida que su voz cambia de un canto tentador a un ataque irónico, LVRA se vuelve audaz y atrevida con su sonido. Ella dice que obtienes un poder único cuando dejas de preocuparte por lo que la gente piensa de ti.
Sonido Oval
No, no se trata de asaltar el despacho de Biden tocando unas maracas… Pero si de la evolución electrónica del Handpan, de la misma estructura pero con diferentes resultados electrónicos. Cada uno de los pads que lo componen puede contener un sonido preestablecido con una amplia variedad de kits de música.
El Voder genera palabras. Es la primera máquina del mundo en hacer esto. Esta es la presentación que hizo la compañía telefónica norteamericana Bell Telephone Laboratories en 1939 de la primera máquina capaz de sintetizar el habla humana: el Voice Operating Demonstrator, comúnmente conocido como Voder.
Su presentación tuvo lugar en la Exposición Universal de Nueva York de 1939 y nunca se puso a la venta.
Para hacer hablar al Voder, los que estaban sentados frente a él se sometieron a un curso de formación de un año. Y es que su interpretación no fue fácil, ya que todos los filtros por los que tenía que pasar el sonido producido por el instrumento estaban controlados por las teclas y un pedal.
Uno de los principales propósitos que se le asignaron fue llevar mensajes bajo el agua por parte del ejército estadounidense.
Uno de los primeros en usarlo como instrumento musical fue Radio Corporation of América, que entró en el negocio de la música con él. Su aplicación en la música alcanzó su punto máximo cuando, en la década de 1970, la marca Korg creó el Korg VC-10 Vocoder, compuesto por un sintetizador y un micrófono.
La voz se moduló mediante el uso del teclado y un dial con el que se ajustaba el tono. El primer máximo representante del vocoder fue el grupo alemán Kraftwerk. Otro instrumento similar popularizado en la década de 1970 fue el Talkbox, también dedicado a procesar la voz humana para darle una apariencia robótica.
Sonidos de ciencia ficción a través de la música
Hombre caído a la tierra.
Hollywood nos ha enseñado que los gritos no se pueden escuchar en el espacio. Como la filosofía antigua, la ciencia ficción encuentra una conexión con la música. No en la misma medida que el género fantástico, pero aparece mucho.
En sus diferentes estilos, la ciencia ficción reflejó el impacto de la ciencia y la tecnología en nuestras vidas, a través de la admiración, la parodia, el miedo, la crítica social, o incluso el deseo inmediato de ciertos músicos de convertirse en cyborg. O directamente en la máquina. La posibilidad de enviar naves fuera de la órbita terrestre y el sueño de conocer otras civilizaciones agudizó el ingenio de los compositores de música.
Viajes en el tiempo, cibercultura…
Instrumentos musicales saliendo del órgano de tubos que tocaba el Capitán Nemo en un juguete para niños. Boris Vian, músico y luthier, inventando el piano de cóctel para su fantástica novela La mousse des jours. Los compositores de música electrónica se unieron a la carrera espacial con la misma energía y entusiasmo que los astrofísicos y fabricantes de armas del siglo XX.
El cine incorporó rápidamente el theremin, un instrumento de apariencia extraña y sonido extraño, patentado por el músico soviético Sergeyevich Termén. Las películas de ciencia ficción de la década de 1950 lo hicieron popular en todo el mundo. Nacieron bandas sonoras prodigiosas, como la que Bernard Herrmann escribió para Ultimatum to Earth y la que la pareja Barron desarrolló para Forbidden Planet, la primera banda sonora hecha exclusivamente con instrumentos electrónicos.
La música de la era espacial, como el entusiasmo social por la aventura espacial, tuvo una existencia muy breve, pero no la interconexión entre escritores y músicos.
