¿Puede un festival psicodélico predecir el futuro de la música? BEAR STONE FESTIVAL 2025 es más que un delirio sonoro
BEAR STONE FESTIVAL 2025 no es solo un nombre. Es un conjuro, una palabra mágica que invoca imágenes de cuerpos bailando entre luces líquidas, guitarras que sangran fuzz y sintetizadores que parecen haber escapado de una central nuclear del año 2089. No es un festival. Es un experimento en tiempo real. Y si no me crees, quédate y verás cómo se disuelve la frontera entre lo analógico y lo digital, entre la roca y el plasma.
Hace un tiempo, alguien me dijo que la música ya lo había dicho todo. Que todo riff era reciclaje. Que la psicodelia había muerto con el LSD puro y que los sintetizadores se los había tragado el reguetón. Yo también me lo creí… hasta que escuché hablar del BEAR STONE FESTIVAL 2025 y me topé con esta crónica en The Obelisk que me dejó la mandíbula colgando como los cables de una guitarra hendrixiana pasada por un filtro de ácido visual.
En algún rincón de Croacia —junto a un río con nombre de encantamiento druida, el Mrežnica— nace esta criatura extraña y hermosa. Un evento donde la música psicodélica se acuesta con la electrónica en vivo para parir algo que no sabemos si pertenece al pasado, al presente o al siglo XXIII. Un lugar donde un colectivo como ISKRA puede contarte, entre bajos y glitchs, cómo se vive en una distopía ambientada en 2088. O donde ABOP, sin un solo DJ, convierte el techno en una ceremonia tribal de carne, sudor y hardware. No es exageración. Es el nuevo ADN de los festivales alternativos.
Origen: BEAR STONE FESTIVAL 2025 Announces New Names for Lineup & Timetables
«Un escenario, una jam y una onda que lo cambia todo»
«Esto no es un festival. Es una dimensión paralela con banda sonora propia.»
Eso mismo pensé cuando descubrí The Ripple. El nombre no puede ser más literal y simbólico. Cuando la noche cae sobre las piedras del escenario principal, cuando los últimos acoples del doom se desvanecen en el aire, algo se activa en el escenario Jam. Y entonces ocurre: los estilos se mezclan, los géneros se disuelven, la música fluye como agua ondulando en la superficie de un lago cósmico. Desde ahí se dispara la experiencia inmersiva: electrónica viva, stoner hipnótico, dub futurista. Todo cabe en esa noche que no parece querer terminar jamás.
Bear Stone comparte terreno con MO:DEM, otro coloso del techno ácido. Pero lejos de competir, lo usan como una ventaja. El festival aprovecha esa herencia para convertirse en un híbrido retro-futurista, donde las guitarras no se pelean con los sintetizadores, y donde los visuales no son un fondo decorativo, sino un idioma en sí mismos.
La escena underground europea no solo respira… ruge
«El futuro del rock está en el barro de lo desconocido.»
¿Quién dijo que el rock estaba muerto? El BEAR STONE FESTIVAL 2025 le da un bofetón sónico a esa idea. La mayoría de sus bandas vienen del subsuelo: proyectos fundados después de 2012, muchos de ellos cruzando por primera vez las fronteras de Croacia. En vez de repetir cabezas de cartel prefabricadas, este festival apuesta por lo desconocido, por lo que aún no ha sido etiquetado, por lo que todavía huele a ensayo en sótano húmedo.
Grupos como BAMWISE o OIL X GAS no solo aportan potencia: aportan concepto. Estética, narrativa, identidad. Desde el dub más cavernoso al synth-rock explosivo, todo tiene un porqué. Y no es casualidad: la escena underground europea está más viva que nunca, y este festival es su mejor escaparate, su espejo deformante y su caja de resonancia.
Y ojo, no se trata solo de Croacia. El cartel tiene pasaporte internacional: hay nombres de Suecia, Argentina, Nueva Zelanda, Alemania, República Checa. Pero todos comparten algo: la necesidad de crear sin pedir permiso.
Una experiencia diseñada para no perder ni un riff
La logística del festival está pensada para que puedas surfear cada ola sonora sin que se te escape nada. Nada de solapamientos estresantes. Tres escenarios perfectamente coordinados. Un arranque tranquilo el jueves, un clímax sensorial el viernes y sábado, y un domingo de despedida emotiva. Hasta el último acorde de Lazarvs, ese domingo por la tarde, tiene su espacio reservado en tu memoria.
Y por si fuera poco, hay detalles que enamoran: transporte desde el aeropuerto de Zagreb, tiendas premontadas, un precio casi simbólico para lo que ofrece (¡76 euros por cuatro días con camping incluido!). Todo esto hace que el festival sea tan accesible como místico, como si hubieran abierto las puertas de Avalon para que entres con mochila y gafas de sol.
“La verdad espera. Solo la mentira tiene prisa.” (Proverbio tradicional)
Psicodelia electrónica y futuro distópico sin perder el alma
Lo de ISKRA no se parece a nada. Su show es un cómic animado con banda sonora. Es música creada desde el año 2089 y enviada en un paquete cifrado al presente. Es una estética post-industrial donde los beats no son solo ritmos, sino latidos de un cuerpo que resiste. Un manifiesto sobre el futuro, pero contado en clave visual y sonora, sin discursos vacíos.
En cambio, ABOP es puro músculo. Instrumentación sin DJ, electrónica hecha con manos, con cuerpo, con errores humanos que suenan más auténticos que cualquier algoritmo. Bailar en uno de sus sets es como entrar en una cueva prehistórica donde alguien ha instalado luces estroboscópicas y reverbs infinitos.
Y ahí está la magia del BEAR STONE FESTIVAL 2025: que cada banda, cada propuesta, cada sonido, parece haber sido elegido por una mente maestra que entiende el pasado, pero que también ha visto el porvenir.
¿Es Bear Stone el nuevo templo retro-futurista?
Llamarlo “templo” no es una exageración. Lo que pasa allí no se puede explicar del todo. Tiene algo de ritual, de iniciación, de experimento social y sensorial. En un mundo saturado de ofertas musicales clonadas, este festival se atreve a ser auténtico, arriesgado y profundamente humano.
“La nostalgia no tiene que ser una cárcel. Puede ser un trampolín.”
Por eso la cultura retro-futurista no es un mero disfraz en este evento: es su columna vertebral. Es un lugar donde los sintetizadores no mataron al rock, sino que lo llevaron de la mano a explorar nuevos territorios. Donde la estética vintage no es postureo, sino contexto narrativo. Donde el futuro no es una promesa vacía, sino un campo de juego para almas curiosas.
“A veces hay que mirar al pasado con los ojos del mañana.” (frase suelta escuchada en una carpa del festival)
¿Estás listo para sumergirte en la onda?
Puede que aún no lo sepas, pero el BEAR STONE FESTIVAL 2025 no es algo que se vea, se escuche o se analice. Es algo que se vive. Un latido colectivo, una sinfonía compuesta por guitarras ruidosas, bajos viscosos, sintetizadores mutantes y almas inquietas.
Y tú, ¿estás preparado para dejar atrás las etiquetas, las listas de reproducción prefabricadas y los festivales sin alma? ¿Estás listo para escuchar cómo suena el futuro cuando lo tocan con las manos sucias del presente?
Tal vez la mejor forma de entenderlo sea lanzarse. Como una piedra en el río. Y dejar que las ondas hablen por ti.
[…] un evento que prometía ser más que una simple reunión de amantes del stoner y la psicodelia. El BEAR STONE FESTIVAL 2025 se presentaba como una experiencia única, un encuentro de tribus y viajeros en el corazón del […]