¿Vuelve el thrash con furia o con nostalgia? THE HAUNTED sacude el futuro con un grito del pasado
THE HAUNTED vuelve. Y no, no es un regreso cualquiera. Es un rugido que viene de las entrañas del tiempo, un zarpazo sonoro tras ocho años de silencio que se siente como si te soltaran una jauría de lobos en medio de la noche más larga 🌑. Su nuevo álbum, “Songs Of Last Resort”, no solo huele a pólvora y metal oxidado. También tiene ese aroma inquietante de las últimas oportunidades, de las cartas que uno escribe cuando ya no hay nada más que perder.
El thrash sueco siempre ha tenido esa mezcla peculiar de precisión quirúrgica y salvajismo sin filtro. Pero THE HAUNTED, esos viejos maestros del caos organizado, han afinado su cuchilla con una nueva carga emocional. O tal vez no tan nueva. Porque si algo se siente al escuchar los primeros acordes de Warhead, es que esta banda nunca dejó de estar furiosa. Solo estaban esperando el momento justo para apretar el gatillo.
Origen de las fotos: THE HAUNTED lanzará nuevo álbum después de 8 años – Metalcry.com :: Tu Web de Rock y Metal
Gritos del abismo y la furia que no envejece
Recuerdo la primera vez que escuché a THE HAUNTED. No sabía si lo que me estaba llegando al pecho era un riff o un puñetazo. Años después, sigo sin tenerlo del todo claro. Y eso es precisamente lo que me fascina. Hay algo incontrolable en su música, pero también hay método. En este nuevo trabajo, grabado en Studio Bohus bajo el mando de Oscar Nilsson, todo suena tan afilado que podrías cortarte solo con mirar la carátula del disco.
Y hablando de carátulas: Andreas “Diaz” Pettersson, su colaborador visual habitual, ha vuelto a firmar la estética del álbum. Él entiende a la banda como pocos. Lo suyo no son dibujos bonitos, sino portales. Ventanas oscuras que conectan con la psique de un grupo que nunca ha tenido miedo de mirar de frente al abismo… y saltar.
Pero también hay otra voz que merece atención: la de Björn Strid. Sí, el mismo que ha gritado en Soilwork como si le fuera la vida en ello. Aquí pone el alma en las grabaciones vocales desde The Cellar Studio. Y se nota. Las voces de Marco Aro suenan menos como canto y más como declaraciones de guerra.
“La redención no es un lugar, es una herida que cicatriza mal”
Del infierno se vuelve, pero no se vuelve igual
El álbum arranca con Warhead, una bomba de relojería de tres minutos y pico que lanza al oyente directamente al corazón del conflicto. Pero el viaje no es lineal. Death To The Crown parece escupirle a todo tipo de poder establecido. Hell Is Wasted On The Dead es casi una burla filosófica que da escalofríos. Y luego está Blood Clots, una pieza de apenas minuto y medio que suena como si Napalm Death se colara en el estudio con una motosierra.
Pero también hay algo en Letters Of Last Resort, el tema que cierra el álbum, que deja un sabor amargo. Como un testamento, una confesión final escrita desde el naufragio. ¿Hay esperanza? ¿Hay redención? Tal vez. Pero no gratis.
Lo curioso de este disco no es solo lo que dice, sino lo que calla. Cada pausa, cada transición, cada final abrupto parece cargado de sentido. Como si nos dijeran: “Esto no se acaba aquí, pero tampoco sabemos si hay un después”.
Metal sueco con memoria de futuro
La escena sueca del metal tiene una especie de sexto sentido para la melancolía. Incluso cuando suena brutal, hay una tristeza que subyace, como un viejo recuerdo que insiste en volver. Lo vimos con At The Gates, con Dark Tranquillity, con In Flames (cuando aún eran ellos mismos). Y THE HAUNTED no es la excepción.
Jonas Björler y Adrian Erlandsson, dos pilares fundacionales, no solo sostienen la estructura con bajo y batería. La alimentan, la guían, la transforman en una bestia con memoria. La base rítmica de este disco parece susurrar al oído: “No olvides quién fuiste… pero tampoco te atrevas a quedarte ahí.”
“El pasado no muere. Se queda en casa, te espera en el sofá.”
¿Renacer o despedida?
Este disco suena, por momentos, como un renacer. Pero también como un adiós a algo. Tal vez a una forma de hacer música, o a una época que ya no volverá. O quizás solo es otra muesca en el arsenal de una banda que sabe perfectamente cómo manipular nuestras emociones sin pedir permiso.
Y aún así, hay una especie de pureza en esta entrega. Nada de colaboraciones innecesarias. Nada de adornos electrónicos ni producciones infladas. Solo cinco tipos encerrados en estudios, escupiendo todo lo que tienen dentro. Como en los viejos tiempos. Como si el tiempo no existiera.
El arte de regresar sin pedir perdón
Hay quien dice que las segundas partes nunca fueron buenas. Que volver después de tanto tiempo es jugar con fuego. Que el público ya no es el mismo. Pero THE HAUNTED no vino a pedir permiso ni perdón. Vinieron a prender fuego al escenario y a dejarlo todo lleno de cenizas.
Y sí, Songs Of Last Resort es un disco para escuchar con volumen brutal, pero también con atención. Porque en medio del caos hay claves, señales, confesiones veladas. Y sobre todo, hay verdad. Una verdad que arde.
“No se trata de gritar más fuerte. Se trata de gritar con razón.”
“No hay metal sin memoria. Y no hay futuro sin furia.”
“El fuego que no se apaga también ilumina los escombros.”
“El que calla no siempre otorga. A veces solo está afilando el riff.”
Entonces… ¿es este el último aliento o el primer paso hacia algo más brutal todavía? ¿Es este álbum una despedida disfrazada o la semilla de una nueva forma de furia? Porque si esto es solo el comienzo, agárrense. Que vienen curvas.
¿Estás preparado para entrar al laberinto de mentiras… sabiendo que quizás ya no puedas salir?