¿Quién es DE’WAYNE y por qué suena al futuro con alma retro?

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¿Quién es DE’WAYNE y por qué suena al futuro con alma retro? El álbum de DE’WAYNE que reescribe las reglas del ROCK ALTERNATIVO

¿Qué pasaría si el amor tuviera un sintetizador, una guitarra eléctrica y un grito al cielo? 🎸💔

DE’WAYNE no hace canciones, construye universos. Y su nuevo ÁLBUM CONCEPTUAL titulado june no es simplemente un disco más: es una declaración emocional embotellada, un cóctel de sangre, sudor, lágrimas y un groove que parece haber sido extraído de una pista perdida entre los archivos de Prince y una jam session de TALKING HEADS. Un trabajo que bebe del pasado con nostalgia, pero lo sirve con actitud futurista, al borde de la combustión emocional.

La palabra clave es esa: emocional. Porque lo que propone DE’WAYNE en june es una oda al amor, a ese estado febril que transforma, abrasa, destruye y reconstruye. Pero también —siempre ese “pero también”— es una exploración sobre la vulnerabilidad, entendida no como herida, sino como escudo. Un disco que pone en primer plano lo que muchos artistas esconden: la fragilidad hecha arte. Y eso, sinceramente, me parece un milagro.

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El futuro no tiene miedo de llorar”

Quería redefinir la vulnerabilidad como un superpoder, no como una debilidad”, ha dicho DE’WAYNE. Y lo ha conseguido. Desde la primera escucha de june, uno tiene la sensación de estar asistiendo a algo íntimo, crudo, pero también cuidadosamente diseñado. Un híbrido entre diario personal y espectáculo de neón.

Lo que hace especial a este disco no es solo su honestidad brutal, sino cómo esa emoción se traduce en sonido. Y aquí entra en juego una de sus grandes virtudes: el SONIDO FUTURISTA. Un paisaje sonoro que fluye entre el funk desinhibido, la energía del ROCK ALTERNATIVO, los sintetizadores vibrantes y una estructura melódica casi cinematográfica. Como si David Lynch hubiera producido una balada para LCD Soundsystem con la guitarra de Prince y el groove tribal de Talking Heads de fondo.

Esto no es pop. Es confesión amplificada”.

June” es un espejo, no un producto

El tracklist del álbum está diseñado como un viaje emocional. Y no, no lo digo como una metáfora poética al uso. Realmente, cada canción parece un capítulo con su propia atmósfera y su propia herida abierta. Desde la sensualidad ambigua de lady lady, pasando por la catarsis de prize fight, hasta la explosiva highway robbery, cada título tiene algo de confesión, algo de explosión, algo de redención.

Y por si fuera poco, colaboraciones como la de I DONT KNOW HOW BUT THEY FOUND ME en forever introducen nuevos tonos y texturas, como si el disco se abriera a otros universos sin perder su centro. Esta alianza no es gratuita: ya habían trabajado juntos en SIMPLE, y su química se siente como una colisión creativa de alto voltaje. Un acierto, sin duda.

Entre TALKING HEADS y la carretera del alma

El fantasma de TALKING HEADS flota sobre este disco como un perfume persistente. No en forma de copia, sino como inspiración estructural. La banda de David Byrne enseñó al mundo que la rareza no es un defecto, sino una virtud estética. Y DE’WAYNE recoge esa herencia para explorar su propio caos emocional con ritmos bailables, estructuras imprevisibles y una pulsión escénica brutal.

Como se explica en esta referencia, los Talking Heads “hicieron de lo normal algo extravagante”. Pues bien, DE’WAYNE hace de lo doloroso algo eléctrico. Y en tiempos de anestesia generalizada, eso no es poca cosa.

Tampoco es casual su afinidad con Prince, otro gran arquitecto de la sensualidad sonora. Ambos entendieron que el cuerpo y el alma no son opuestos, sino aliados. June está lleno de sensualidad, pero también de espiritualidad. Como si cada riff fuera una oración y cada beat, una confesión.

«Lo retro no es nostalgia, es lenguaje»
(y DE’WAYNE lo habla con fluidez)

El álbum conceptual como novela sonora

June no es una colección de temas sueltos. Es un ÁLBUM CONCEPTUAL de los que ya no abundan. Esa especie en extinción donde las canciones están conectadas por un hilo invisible que se va tensando, canción tras canción, hasta romperse —o curarse— en el último track. Como los viejos vinilos que uno escuchaba completo, sin saltarse nada, sin apuros, con los ojos cerrados y los auriculares bien puestos.

En este sentido, DE’WAYNE se suma a la estirpe de creadores que entienden el álbum como una obra total. Un espacio narrativo, una experiencia. No muy diferente a lo que hicieron The Wall de Pink Floyd o American Idiot de Green Day. Pero también —siempre el “pero también”— desde una sensibilidad contemporánea, sin los corsés del rock clásico, y con la libertad emocional que caracteriza a la NUEVA MÚSICA.

Como se analiza en este artículo, el álbum conceptual permite una profundidad emocional e intelectual que trasciende la canción individual. Y june encaja perfectamente en esa categoría: no cuenta una historia literal, pero te lleva por una montaña rusa emocional con más loops que un parque temático en Saturno.

Vulnerabilidad como estética

Y aquí viene la parte que más me gusta: la redefinición de la vulnerabilidad como estética, como fuerza. Porque en june, la fragilidad no es un defecto a corregir, sino el corazón mismo de la obra. Y eso, en un mundo donde todo se maquilla, se filtra, se edita, se posa… es un gesto de amor brutal.

Como señala esta reflexión sobre el tema, la vulnerabilidad auténtica es fuerza. Y eso es justo lo que propone DE’WAYNE: mostrarse tal cual es, sin pretensiones, sin coraza, con el corazón en la mano. ¿Cómo no iba a resonar eso?

Para los fans, espero que esto muestre que realmente he encontrado mi voz”, ha dicho. Pues sí. Y no solo la ha encontrado: la ha afinado con una precisión que atraviesa el pecho.

¿Y ahora qué?

Después de escuchar june, uno no vuelve igual. Porque lo que propone DE’WAYNE no es solo música, es una manera de habitar la emoción con elegancia y desgarro. Un disco que, sin pretenderlo, marca un antes y un después en la forma de entender el ROCK ALTERNATIVO.

El futuro ya no es una distopía robótica, sino un lugar donde el corazón late con distorsión, donde la guitarra es un bisturí emocional y donde el artista no teme mostrarse entero. Y sí, puede que june no sea perfecto. Pero —y aquí viene lo mejor— tampoco lo necesita.

El estilo retro nunca fue tan futurista”

Así que ponte los auriculares. Respira hondo. Dale al play. Y prepárate para entrar en un túnel emocional donde el pasado y el futuro bailan agarrados al ritmo de DE’WAYNE.

Porque a veces, lo que más necesitamos no es una respuesta, sino una canción que nos haga la pregunta correcta.


Lo que duele también compone”

(y DE’WAYNE lo canta sin anestesia)

La música no es un espejo, es una herida compartida”

(y este disco sangra con elegancia)


Otros artistas que fusionan estilo retro y sonido futurista:

Descubre más sobre la nueva ola de artistas emergentes en este artículo de Playing for Change y también en esta selección de IndieHoy.


¿Estamos listos para un rock que siente más de lo que grita?

¿O preferimos seguir ocultando la verdad detrás del volumen?

Escucha june. Y si no lloras, al menos vas a bailar.

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JOHNNY ZURI

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