¿Qué conoces de los estudios de producción musical enfocados a la música electrónica? produccion musica electronica: home studio, boiler room y techno culture.
La música electrónica tiene historia
La música electrónica es música, pero algo más que música. Dependiendo del estilo, la electrónica tiene una materialidad corporal y al mismo tiempo un carácter metafísico y extracorpóreo. Escuchar música electrónica en un club preparado con el equipamiento tecnológico necesario, se siente en el estómago y el corazón.
A menudo la música electrónica nos puede conducir a estados de comunión colectiva. La música hecha con máquinas es la música del presente, pero tiene un pasado y un futuro. Como todo el mundo sabe, hasta la música hecha en tu propio home studio tiene una magia especial.
El primer estudio de música electrónica del mundo fue el de Stockhausen, un visionario musical.
Robert Beyer recibió la aprobación de la propuesta de un director de cursos de verano de Darmstadt y los días 21, 22 y 23 de agosto de 1950 Beyer y Meyer-Eppler dieron una conferencia sobre “el mundo de la música electrónica y los sonidos”. En aquella jornada, considerada el acto fundacional del estudio de música electrónica, el director de la radio, Hanns Hartmann, dio luz verde para la creación del estudio en Colonia.
Desde entonces, bajo la dirección de Herbert Eimert, el WDR Studio for Electronic Music se ha convertido en un lugar de encuentro internacional. Compositores como Ernst Krenek, György Ligeti, Cornelius Cardew, Franco Evangelisti, Mauricio Kagel y Nam June Paik han vivido y trabajado en Colonia.
Desde entonces han surgido muchos estilos de sesiones de música electrónica, desde los más conocidos hasta los más sibaritas, como el Boiler Room. Y es que el lenguaje y la tecnología de la música electrónica tempranamente encontraron su culminación en obras como “Klangfiguren II” y “Terminus I”, tan radicales como virtuosas.
El estudio de la música electrónica ha transformado las posibilidades del sonido. Al seguir actualizando y mejorando equipos e instalaciones, e incluso con un cambio de sede, los más diversos compositores y productores fueron a Colonia porque sabían que allí se estaba generando innovación musical.
Con la incorporación de Karlheinz Stockhausen, considerado durante mucho tiempo como la figura constitutiva más importante de la forma, ayudó a la música electrónica a ganar respeto internacional. Se partía de poco y se instauraba todo un universo de música, estilo, moda y hasta formas de vivir y sentir alrededor de la nueva cultura techno.
Toda esta mágica historia de la música electrónica la resume Google en un homenaje que rendía un día al estudio de música electrónica de Colonia. The Seeker’s Doodle es obra del ilustrador alemán Henning Wagenbreth y la imagen celebraba la diversidad de pensamiento e imaginación que este estudio ha logrado construir y que ha transformado las posibilidades musicales conocidas hasta ahora.
La intención inicial del comprador es crear un espacio de exhibición de arte moderno allí con el museo WDR Studio for Electronic Music instalado en el primer piso.
Precisamente a principios de siglo, en 2002, se publicó el primer volumen de Loops, dedicado a la grabación de la historia de estos ritmos a lo largo del siglo anterior, coordinado por Javier Blánquez y Omar León. Hicieron sus aportes en forma de capítulos especializados David Broc, Vidal Romero, Half Nelson, Juan Manuel Freire y otros periodistas y expertos en música.
El nuevo material narraba las tres primeras décadas de este siglo. Curiosamente, el volumen de todo el siglo anterior es el mismo que el de la nueva obra, “Loops 2”. El motivo favorito del autor parece ser la llamada música electrónica de baile, una mezcla de pop escénico y electrónica.
Pero otros estilos destacables de la actualidad, son las ondas de vapor o la hauntología, de carácter retro-futurista, y, por supuesto, lo más floreciente y polémico del género, el trap, que también sirve para ilustrar cómo la música electrónica vive en una realidad post-geográfica y global.
Las escenas se encuentran dispersas por la red sin tener en cuenta accidentes orográficos o fronteras, a menudo separadas unas de otras. El futuro es totalmente impredecible, pero la electrónica no es la música del futuro, sino la música del presente.
¿QUÉ ES UN ESTUDIO DE MÚSICA ELECTRÓNICA?
Hacía poco se cumplía el 66 aniversario del Studio for Electronic Music. Conocido como el primer estudio de música moderno. Como dije antes, el estudio de música electrónica se ha convertido en un refugio para músicos y productores innovadores de todo el mundo. Se estableció en el centro de transmisión de Alemania Occidental en Colonia, Alemania.
El concepto de estudio de creación de música electrónica fue creado por los compositores Werner Meyer-Eppler, Robert Beyer y Herbert Eimert, quienes durante muchos años reflexionaron sobre los requisitos técnicos del desafío. Llegaron compositores y productores de todas partes, el estudio se convirtió en un caldo de cultivo para la innovación musical.
El estudio de música electrónica es un espacio donde los compositores desarrollan melodías basadas en sonidos sintéticos de una manera propia y auténtica, que no están relacionados con los registros musicales tradicionales. Para cumplir con este propósito, se necesita un buen equipamiento técnico, que cambia de forma con el tiempo debido al desarrollo al que siempre está expuesto el género de la música electrónica.
¿La historia de la música electrónica?
La música electrónica se asoció originalmente y exclusivamente con una forma musical de la cultura occidental, pero desde finales de la década de 1960 la disponibilidad de tecnología musical a precios asequibles ha llevado a la producción de música por medios cada vez más populares.
Boiler Room es una plataforma de transmisión de música en línea que solicita y transmite sesiones de música en vivo en todo el mundo. Fundada en Londres en 2010, Boiler Room ha presentado espectáculos en más de 100 ciudades, desde Estocolmo hasta Shanghai.
¿Qué es la producción de música electrónica?
La producción de música electrónica se divide en creación, preparativos y Refinamiento. En resumen, la producción de música electrónica es la creación, el arreglo y el refinamiento del sonido y las ideas musicales.
Estudio mínimo viable
Puedes comenzar con una computadora normal y altavoces económicos. Lo más caro podría ser el software. No te dejes engañar porque te digan que necesitas una MacBook Pro para hacer esto. El segundo elemento esencial es el software. El estudio en casa o home studio se refiere a la práctica de grabar música o sonido en casa, en lugar de grabar en un estudio de grabación profesional.
El techno: patrimonio cultural inmaterial
Después de que el mítico Berghain fuera considerado una alta cultura en Alemania, Zurich reconoció al techno como patrimonio cultural inmaterial por la UNESCO. De esta forma, se reconoce la importancia que ha adquirido la música electrónica en una ciudad como Zúrich, apoyando los esfuerzos para incrementar la diversidad cultural en un espacio en constante cambio.
Hay música electrónica por todas partes, quizás demasiada, y la creatividad está surgiendo en todo el mundo, pero al mismo tiempo hay una cierta sensación de rutina, de cansancio; una sensación de normalidad, de haber escuchado todo antes. Sentada en un presente que domina al milímetro, la música electrónica está empezando a necesitar algo de renovación y novedad.
Hay quien asegura que no estimula la imaginación como antes, ni nos bombardea con fantasías de un futuro más atractivo. Su tiempo ya no es el de mañana, sino el del presente. Parece que reina en un presente abundante, saturado, a veces incluso temeroso de seguir adelante.
Pero las nuevas generaciones que se unen a la cultura y la vida sin presciencia, vírgenes, con el pesimismo lógico que emana de una realidad que ofrece pocas razones para soñar con un cambio a mejor, esperan creer en nuevos lanzamientos y en la edición de Loops. En mayo de 2002, la música electrónica había ya cambiado de muchas maneras.
Una de las principales transformaciones es la que tiene que ver con el hecho de que la propia música, que alguna vez fue minoritaria e incomprendida por grandes sectores del público, ha provocado episodios de abultamiento.
También pasa, dicen, en muchas posiciones reaccionarias en el rock. Sin embargo este es ahora profundamente aceptado en la narrativa cultural del siglo XXI, sin ningún tipo de sospecha. La reacción se ha convertido en agarre. La electrónica es un tipo de música perfectamente integrada en el paisaje: no molesta, no asusta y, sobre todo, no necesita explicarse ni disculparse.
Ha ocupado gran parte del espacio cultural adquirido a través de la creatividad. La vieja brecha entre rockeros y ravers, entre apocalípticos e integrados puestos a prueba ante el boom en la producción de sonidos sintéticos, ha pasado hace tiempo, y si reaparece, es más una anécdota.
¿Se está reavivando una guerra por una hegemonía olvidada hace mucho tiempo?
La música electrónica llegó para quedarse y ya no parece peligrosa ni antinatural para nadie; En el mejor de los casos, la típica desgana saldrá a la luz de vez en cuando. Pero está claro que es buena música para la gran mayoría del público. Haber ocupado el centro del escenario durante las últimas décadas ha supuesto un gran avance para la música electrónica.
Ha habido otras transformaciones que en comparación no parecen tan significativas, pero que debemos identificar para comprender cómo ha cambiado el escenario en el siglo actual. Uno de ellos es el que tiene que ver con la propia tecnología al servicio de la creatividad, que ha provocado cambios en la naturaleza del sonido gracias a la aparición de herramientas que permiten construcciones musicales más complejas.
Todas las herramientas han contribuido a democratizar y simplificar, lo que a veces resulta en la estandarización en el proceso de creación. Y no, no es lo mismo trabajar con material de estudio que con un portátil.
