De manera frecuente se nos enseña que cuanto más competitivo y complicado se vuelve todo, hemos de ser todos especialistas. Nuestros iconos de éxito más conocidos son elevados a los altares de lo mediático por su precocidad y por sus comienzos: Mozart en el teclado, Mark Zuckerberg en el otro teclado. La cosa es que en todos y cada uno de los campos, y en un planeta interconectado, hay que exaltar un enfoque poco a poco más estrecho.
O sea, que, parece que lo mejor y más de alabar es que alguien desde una edad temprana, desde pequeño, escoja un instrumento y se apegue a él. Y «dale que te pego» sin dejarlo ni pa comer pipa, siga la regla omnipresente de diez mil horas de niño dedicadas a tocar el violín…
Historias como la de la niñez hiper-enfocada de Tiger Woods jugando al golf desde la edad de dos años abundan. Menos alabados, sin embargo mucho más habituales, son las historias de atletas como Roger Federer, que incursionó en abundantes deportes ya antes de tomarse de verdad el tenis. Y todos conocemos artistas como Prince, que desde pequeño se había dedicado no a especializarse en un instrumento, sino en dominarlos a todos.
Resulta que los músicos de élite en la cima de sus habilidades pasan más tiempo en la práctica centrada y deliberada que sus compañeros de élite próximos. Pero es cuando los científicos examinan todo esto que se encuentran con que no les cuadra la realidad con lo que nos venden…
Las elites ocasionales acostumbran a dedicar menos tiempo temprano a la práctica deliberada en la actividad en la que ocasionalmente se transformarán en especialistas. En cambio, se someten a lo que los estudiosos llaman un «periodo de muestreo». Practican una pluralidad de técnicas, normalmente en un ambiente no estructurado o bien sutilmente estructurado; y consiguen una pluralidad de habilidades artísticas (técnicas, más bien) de las que pueden obtener habilidades e inclinaciones; y sólo después se enfocan y aumentan la práctica técnica en un área. La «especialización tardía» es «la clave del éxito»; y » Llegar a la cima en la música significa haber empezado tarde pero siendo decidido o decidida «.
La necesidad profesada de hiperespecialización forma el núcleo de una enorme máquina de marketing, puede que bien intencionada, pero errónea.
Conoces nombres, sin embargo seguramente no con sus antecedentes. El señalado científico del deporte Ross Tucker resumió la investigación en el campo de forma simple: «Sabemos que comenzar temprano es clave, pero lo es mucho más hacerlo en base a la diversidad».
Lo mismo se aplica a las carreras y a la educación en general. Si bien estamos presionando a los estudiantes a ser universitarios por cojones, incluso y aunque sea en carreras chorras que casi ninguna empresa necesita y aún menos necesitará, algunos oficios tienen un enorme déficit de mano de obra cualificada y MUY BIEN pagada.
Lleva tiempo abandonar lo que te dicen que es una ventaja, y desarrollar una gama personal y profesional, pero merece la pena.
Muchas de las personas más notables de la historia, como Duke Ellington (que rechazó las lecciones de música para enfocarse en el dibujo y el béisbol cuando era pequeño) y Maryam Mirzakhani (que soñaba con transformarse en prosista y se transformó en la primera mujer en ganar el premio más conocido de matemáticas) tienen más de Roger que de Tiger.
Mark Zuckerberg apuntó que «los jóvenes son más inteligentes». Y lo dijo él, que parece volverse más tonto a cada día que pasa… ¡Propaganda pro juvenil, que ya sabéis que desprecio porque nada me parece más idiota que apostar por algo tan pasajero como es la juventud, en vez de hacerlo por la madurez, a la que todos y todas llegaremos, más antes que después…
Y, no obstante, un creador de tecnología que tiene cincuenta años de edad tiene prácticamente el doble de probabilidades de iniciar una compañía de enorme éxito que uno de treinta. Y el de treinta años tiene una mejor ocasión que un joven de veinte años. Los estudiosos de Northwestern, MIT y la Oficina del Censo de EE. UU. estudiaron nuevas empresas de tecnología y probaron que, entre las compañías de más veloz desarrollo, la edad promedio de un creador era de cuarenta y cinco años cuando se lanzó la compañía.
Zuckerberg tenía veintidós años cuando afirmó eso. ¿No se le podía pedir más a esa edad. ¿Recuerdas las imbecilidades que decías y hacías tú cuando tenías esos añitos? Yo si, y me da vergüenza…
Le interesaba transmitir ese mensaje, de la misma manera que a quienes dirigen ligas deportivas juveniles para aseverar que la devoción a una actividad a lo largo de todo el año es precisa para el éxito, pero no hay pruebas en caso contrario. Mas el impulso a la especialización va alén de eso. Inficiona no solo a individuos, sino más bien a sistemas completos, en tanto que cada conjunto especializado ve una parte poco a poco más pequeña de un enorme rompecabezas. ¿Eo es bueno? Quizás para los más poderosos, que tampoco comprenden el sistema, pero sí saben cómo beneficiarse de él controlando a los «especialistas».
Los primeros especialistas pueden llegar a tener una mentalidad tan angosta que realmente empeoran con la experiencia, aun cuando se sienten más seguros, es una combinación peligrosa. Si todo cuanto tienes es un martillo, todo te parecerá un clavo.
Una investigación reciente halló que los pacientes cardiacos tenían menos probabilidades de fallecer si eran aceptados en un hospital mientras miles y miles de cardiólogos estaban ausentes por estar asistiendo a un congreso… de cardiología.
El reto al que todos nos encaramos es de qué manera sostener las ventajas de la amplitud, la experiencia diversa, el pensamiento interdisciplinario y la concentración retrasada en un planeta que cada vez estimula más, e inclusive demanda, la hiperespecialización.
Aunque es sin duda cierto que hay áreas que requieren individuos con la precocidad y claridad de propósito de Tiger, conforme la dificultad aumenta, en tanto que la tecnología transforma al planeta en redes más vastas de sistemas interconectados en los que cada individuo solo ve una pequeña parte, asimismo precisamos más Rogers : personas que empiezan de forma extensa y abrazan experiencias y perspectivas diferentes mientras que avanzan. Personas con rango.