MIRANDA! es el futuro retro que ya vivimos

5 mins read

¿Quién dijo que el pop no podía tener alma y drama? MIRANDA! es el futuro retro que ya vivimos

Entrar al universo de MIRANDA! es como abrir la puerta de un hotel encantado donde cada habitación guarda una canción que alguna vez te rompió el corazón… pero con ritmo bailable y vestuario digno de un musical de Broadway. 💋✨ Desde sus inicios, el dúo argentino no ha hecho otra cosa más que demostrar que el pop también puede tener profundidad, desparpajo y memoria.

MIRANDA! no solo construyó un sonido: creó un mundo. Uno con brillos, lágrimas, sintetizadores y besos en technicolor. Un lugar donde llorar bailando es perfectamente válido y donde las emociones no se ocultan, se dramatizan. Un pop moderno con corazón vintage, como si cada track fuera una telenovela cantada en clave electrónica. Y lo mejor de todo: no se han ido a ningún lado.

Un ascensor emocional que nunca baja del todo

Hace ya mucho, en el submundo independiente de Buenos Aires, MIRANDA! aparecía como ese fenómeno difícil de clasificar pero imposible de ignorar. Mientras algunos aún afinaban guitarras, ellos ya estaban afinando personajes. Ale Sergi, con esa voz que suena a falsete y a verdades incómodas, y Juliana Gattas, diva glam con alma de actriz de Almodóvar, le daban vida a un estilo que muchos no supieron entender… hasta que fue demasiado tarde para ignorarlo.

«No eran una banda. Eran una ficción con banda sonora propia.«

“Don” fue la patada inicial que nadie vio venir. El grito de “¡la guitarra de Lolo!” quedó inmortalizado en la memoria pop como un código secreto entre adolescentes sensibles y adultos nostálgicos. Después vinieron “Perfecta”, “Yo te diré” y una colección de himnos que lograron lo imposible: sonar igual de bien en un boliche a las 3 de la mañana que en auriculares durante una ruptura.

Pero no todo fue glamour y fiesta. Lo interesante de MIRANDA! es que siempre tuvieron ese pie puesto en el drama emocional, en la intensidad del “te amo pero te odio”, en esa adolescencia eterna que nos sigue persiguiendo, aunque tengamos tres tarjetas de crédito y citas en el dentista.

El Hotel donde el check-out no existe

Y cuando parecía que el dúo ya había dicho todo, llegó el “Hotel Miranda!”. Un proyecto de esos que parecen una despedida, pero en realidad son un “¿y si volvemos a empezar?”. Revisitaron sus clásicos con artistas invitados, actualizaron el vestuario, reacondicionaron las suites y volvieron a abrir la pista de baile. Fue un éxito rotundo, un hit de crítica y público, y un recordatorio de que su música aún tenía cuerda para rato.

Pero también, como en toda buena historia de MIRANDA!, había un giro inesperado. “Nuevo Hotel Miranda!” no era solo una secuela; era otra película entera. Nacido del impulso del vivo, de los conciertos, del feedback directo con la gente, este disco llegó como una sorpresa incluso para ellos mismos. Nuevas canciones, nuevos invitados, pero la misma esencia glamorosa y emocional de siempre.

«Del drama adolescente al glitch futurista, sin pedir permiso.«

Colaboraciones con Kenia OS, Nicki Nicole y Conociendo Rusia no solo actualizan su sonido, sino que los colocan justo en el centro del huracán musical actual. Como si los MIRANDA! del 2004 hubieran viajado al futuro… y les encantara lo que encontraron.

Retro, pero sin nostalgia

MIRANDA! nunca renegó de su estética. De hecho, la defendieron como si fuera un escudo contra la mediocridad visual. Mientras otros intentaban ser “serios” o “madurar”, ellos seguían apostando por el maquillaje teatral, los trajes brillantes y los escenarios que parecen salidos de un cómic pop argentino. Juliana, actriz antes que cantante, entendió desde el primer momento que un show no solo se canta, se interpreta. Y Ale, ex ingeniero de sonido con pasado metalero, supo cómo diseñar cada canción como si fuera un universo paralelo.

«No se reinventaron. Se redescubrieron. Y eso es mucho más difícil.«

Así, con el “Nuevo Hotel Miranda!”, no solo nos recordaron quiénes fueron. Nos mostraron quiénes siguen siendo. Porque sí, hacen pop. Pero también hacen memoria, espectáculo, ironía, deseo, despedidas y reconciliaciones. Y eso no lo logra cualquiera con una caja de ritmos y una letra pegajosa.

La suite presidencial del pop argentino

Hay algo profundamente humano en escuchar a MIRANDA!. Quizás sea esa capacidad para hacerte bailar mientras te desarmás por dentro. O ese modo de decir cosas duras (“ya no me importas”, “te fuiste sin mirar atrás”) con un fondo musical que bien podría usarse en un desfile de moda. Su secreto está ahí: decir mucho con poco, y encima hacerte mover el cuerpo mientras lo procesás.

Lo que en otras manos sería kitsch, en MIRANDA! es arte pop. Y lo que en otros labios suena a lugar común, en su música se transforma en frase de culto. Porque ellos entendieron algo clave: el pop no es banal. Puede ser profundo, teatral, filosófico incluso. Solo que no necesita parecerlo.

“Triste” nunca sonó tan feliz

Entre las nuevas joyas del “Nuevo Hotel Miranda!” está “Triste”, una canción con Conociendo Rusia que parece salida de un VHS en slow motion con estética neón. Una oda al desencanto con melodía de videojuego vintage. O “Siempre que lo beso”, con Kenia OS, que bien podría ser el himno de toda una generación que aún no decide si está enamorada o atrapada en una app de citas.

El punto es que MIRANDA! no dejó de sonar. Y no solo suenan: resuenan. En TikTok, en playlists, en remixes, en bodas, en separaciones y en fiestas donde nadie sabe cómo terminaste bailando “Prisionero” con desconocidos que ahora son tus mejores amigos por una noche.

“La verdad espera. Solo la mentira tiene prisa.” (Proverbio tradicional)

Un legado que brilla sin disimulo

Sí, el nombre viene de “Sex and the City”, o quizá de Osvaldo Miranda. Da igual. Lo importante es que hoy “Miranda!” significa otra cosa. Significa emoción sin vergüenza, estética sin límites y pop sin miedo. Como un espejo con luces de camerino que te dice: “Podés llorar, pero primero ponete el glitter”.

Y por si te preguntás si todavía tiene sentido escucharlos, la respuesta es simple: más que nunca. Porque en tiempos donde todo parece cambiar a cada segundo, hay algo tranquilizador en saber que la suite sigue abierta. Que podés entrar, apagar el mundo y dejar que Juliana y Ale te cuenten una historia de amor mal correspondido… mientras hacés un pequeño pasito de baile.

“No hay mal que por bien no venga, ni pop que no termine en fiesta.” (Refrán de la casa Miranda!)


“El pop con alma no se extingue, solo cambia de vestuario”

“Ser demasiado no es un defecto. Es una estrategia”


¿Y vos? Ya hiciste check-in en el Nuevo Hotel Miranda!? O seguís afuera, tocando el timbre con dudas y nostalgia.

18 / 100 Puntuación SEO

JOHNNY ZURI

Si quieres un post patrocinado en mis webs, un publireportaje, un banner o cualquier otra presencia publicitaria, puedes escribirme con tu propuesta a johnnyzuri@hotmail.com

Deja una respuesta

Previous Story

Para ser buen músico ¿Hay que especializarse o diversificarse?

Next Story

¿Quién teme a la VIDA SALVATGE de Xavi Vidal?