A fines de diciembre, Katy Perry regresó con ‘When I’m Gone’, una canción con Alesso que incluso interpretó en su programa en vivo de Las Vegas para CNN.
Estamos confirmando que 2022 parece ser el año en que Katy Perry deja de follar.
Y no lo dice la peña solo porque haya vuelto a su look estrella, el de pelo castaño sino porque parece que con ello han desaparecido todos sus males: de repente sus canciones se vuelven virales en TikTok, sus escuchas mensuales en Spotify ascienden a más de 44 millones, la crítica avala su nuevo show… y todo indica que el gafe de » El proyecto Smile» quedó atrás.
Pero no es solo el cabello: es que Katy Perry finalmente ha captado el punto de su persona. Consiguió, al menos eso parece, volver a comprender la medida de los ingredientes que la hacían… ella.
Y el vídeo de ‘When I’m Gone’ es otro claro ejemplo: el clip es espectacular, lo bastante chic para un vídeo dance-pop con todos sus clichés, lo bastante cursi para un vídeo de Katy Perry. Y todo sin necesidad de llevarlo a disfrazarse de payaso o hacer canciones que LaLa y Poo pudieran cantar. La medida correcta.
En ‘When I’m Gone’ despliega todo su estilo popstar con sus coreografías, sus imágenes con luces, sus fans, su pelo mojado, sus cambios de estilismo y su actitud para acercarse al mundo frente a la cámara. Cualquiera diría que esto fue publicado en su mejor momento.
Y de repente, nadie dice si es el número uno o el ciento dos. Primero porque el tema todavía tiene margen para ganar adeptos con el paso de las semanas y segundo porque, cuando una estrella supera el montículo del paso a la consagración, ya está en otro nivel. Y Katy lo está viendo ahora. Veremos si acaba aplicándolo a un futuro disco propio y consolida ese estatus, más allá de los números.